José Barrabés tomó las riendas de un negocio iniciado por su padre en 1920 con la venta de calzado de montaña en un momento en que el monte lo pisaban pastores y contrabandistas. Con la Guerra Civil española el local tuvo momentos complicados, reconvirtiendo en local en diferentes negocios, entre ellos un bar. Hasta que justo antes de la década de los '70 decidió volver a sus inicios, montando una especie de bazar en el que se vendia de todo, desde jerseys noruegos y material duro, hasta el propio calzado de montaña que empezaba ya a ser más técnico. Es el mismo sitio donde hoy está el edificio de cinco plantas en pleno centro de Benasque.
El salto de la marca Barrabés llegó cuando los hijos Carlos, Arturo y José Cristóbal decidieron en plena década de los '80 apostar por el negocio online. La inversión en la 'nueva tecnología' acabó superando las previsiones, pero los frutos no tardaron en llegar. José Barrabés aun recordaba el pedido de 250.000 pesetas de Japón, unos 1.500 euros que por entonces era una barbaridad para ser una compra hecha por ordenador.
Fue el momento de volver a dejar el negocio en los hijos, con más conocimientos en esa nueva era digital que se presentaba por delante, aunque José Barrabés, ya jubilado, no dejaba de ir diariamente a la gran tienda situada en el centro de Benasque donde actualmente además de materia de montaña, se puede encontrar esquís, especialmente de travesía, pero también de alpino.
El éxito de Barrabes.com, que ha vestido a expediciones a los Alpes, Himalaya o Aconcagua, se acrecentó con el boicot de empresarios estadounidenses en el año 2000, que les acusaron de competencia desleal. Eso, después de que comenzaran a vender en Estados Unidos tras recibir la visita de representantes de Microsoft, como ha relatado el propio José Barrabés, que afirmó en su momento en una entrevista publicada por Aramon, que el valle de Benasque es el "Chamoix de España" ya que
"De los más de 70 tresmiles de España, el 80% están aquí. Esto es un paraíso para el montañero, para el esquiador, para todo el que quiera disfrutar de la naturaleza, de la nieve, del sol. Y hay mucho que hacer todavía, en Benasque y en todo el Pirineo".
Gran impulsor del Valle de Benasque, tuvo claro siempre la necesidad de la estación de Cerler como motor económico del pueblo. De hecho, en una entrevista al Heraldo de Aragón, José Barrabés recordaba que junto a otros comerciantes de Benasque compraron un telesilla para poder acceder directamente a la estación de esquí compró hace muchos años un telesilla para acceder a las pistas de esquí desde el pueblo:
"La estación se iba a cerrar y el alcalde nos llamó a siete de nosotros para avisarnos y tratar de hacer algo. En un cuarto de hora se reunieron 50 millones de pesetas para ir a hablar con los propietarios de entonces, que eran catalanes, y en el transcurso de una cena en un restaurante de Monzón estaba resuelto el problema. Todo el pueblo aportó".