La elección de la edición de Invierno de los Juegos Olímpicos siempre ha sido más aburrida que las de los de Verano. Tan solo interesa a los países del hemisferio norte y apenas se suele presentar un par o tres de ciudades candidatas. Hace años que la ganadora se resuelve en el tiempo de descuento. La de 2022 era China o Kazajistán. Un susto o muerte que acabó en la balanza de Pekín.
La campaña para la edición de 2030 alberga todavía más emoción. De las seis o siete ciudades que anunciaron que se iban a presentar, finalmente solo cuatro candidatas lo hicieron formalmente. La de los Pirineos, que fue la primera que se bajó del carro; Vancouver-2030, que llegó más tarde pero apenas aguantó unas semanas antes de anunciar que no seguían. Ahora es Sapporo la que tras una serie de escándalos de corrupción para los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, ha anunciado que pone la pausa.
No se borran del todo, pero la cosa no pinta bien.
Los Juegos Olímpicos de 2030 se quedan en manos de Salt Lake City, quien ya ha dicho que aunque están preparados, prefieren la cita de 2034, ya que de otra manera quedaría a apenas un par de años de Los Angeles 2028, la candidata que ganó los Juegos de Verano. Encontrar patrocinadores para dos citas olímpicas en un mismo país con tan escaso tiempo entre ambas, es bastante complicado ya que las empresas hacen un fuerte desembolso en marketing pensando en recuperar el dinero en unos cuatro años.
Las autoridades del Comité Organizador de Sapporo 2030 y el Comité Olímpico Japonés (JOC) organizaron una rueda de prensa en Tokio el pasado martes 20 de diciembre donde anunciaron su decisión de mutuo acuerdo de 'pausar' la campaña para los Juegos de Invierno de 2030.
Durante la misma conferencia de prensa, las dos partes detrás del proyecto, Sapporo y el Comité Olímpico Japonés, también anunciaron su intención de lanzar una consulta pública antes de la primavera donde preguntarán a los ciudadanos si deben seguir en esta carrera olímpica. En el contexto actual, socavado por la investigación judicial por sospechas de corrupción en los Juegos de Tokio 2020, sería sorprendente que los japoneses se pronunciaran masivamente a favor del proyecto olímpico.
Hay mucha gente implicada en asuntos de corrupción entorno a los Juegos de Tokio 2020.
El ex presidente de ADK Holdings, Shinichi Ueoni es uno de ellos aunque ya ha renunciado a su cargo. El ex miembro de la Junta Ejecutiva de Tokio 2020, Haruyuki Takahashi, recibió cuatro acusaciones. El presidente de la editorial Kadokawa Corporation, Tsuguhiko Kadokawa, también ha sido acusado en relación con el escándalo y de pagar sobornos a Takahashi.
Manipularon concursos para que ciertas empresas fueran proveedoras de modalidades deportivas más lucrativas.
Hace unas semanas el COI anunció que aplazaba a 2024 la elección de la candidata ganadora para los Juegos de 2030. El Comité Organizador de Sapporo 2030 lo vio como una oportunidad (orquestada o no a propósito) para dejar de hacer ruido y que los ciudadanos fueran olvidando el asunto de Tokio 2020 y que incluso el tema desapareciera de las noticias.
Pero la bola de nieve se está haciendo tan grande conforme pasan los días, que es imposible que no acabe saliendo algo todas las semanas.
Todo parece indicar que el COI se encontrará en la posición poco envidiable de no tener otra opción para los Juegos de Invierno de 2030 que la de Salt Lake City. Una candidatura estadounidense que nunca ha ocultado su preferencia por los Juegos de 2034.