El dominio esquiable del Grand Tourmalet empezó hace tres semanas las obras para remodelar uno de sus frentes de nieve para dar más comodidad a los debutantes, sin duda alguna, uno de los tipos de cliente que más dinero dejan en las estaciones al contratar clases, alquiler de material, y pagar su forfait.
La zona de debutantes del sector de La Mongie estará más limpio de 'obstáculos' la próxima temporada. Se ha desmontado ya la cinta y los remontes que había en esta parte de la estación de esquí de Grand Tourmalet. También se están demoliendo los dos edificios que había aquí, que son la vieja comisaría de los Gendarmes, y 'La Bergerie'.
Se trata de un pequeño edificio donde los clubes guardaban el material en invierno, mientras que en verano lo usaban los encargados del pasto del ganado de la zona. Estaba tan literalmente en medio de las pistas, que entorpecía el tránsito de los esquiadores y peatones. Además estaba lejos de los remontes, así que los jóvenes del Club Campans tenían que caminar por la nieve para llegar, con el peligro que tenía poder toparse con otros usuarios que bajaban por la pista.
Ahora se está buscando algún local de fácil acceso a pistas para que los niños y niñas del Club puedan recoger su material y dirigirse a la zona de entrenamiento de una manera más fácil.

La remodelación de la zona de debutantes es bastante compleja y grande. La inversión de nada menos que 3 millones de euros ya da una imagen del alcance del proyecto. Por eso, se ha contratado a 8 empresas para la consecución de los trabajos y sobre el terreno habrá unos 30 operarios.
Es la manera de asegurar que estará todo listo para el mes de diciembre, cuando se pondrá en marcha una nueva temporada de esquí, la de 2022-2023. Para ese día la cinta deberá estar otra vez colocada, así como los dos telesquís Tremplin y Turon 2 aunque no exactamente donde estaban hasta ahora.
También se va a revegetar la zona. El manto vegetal que había se ha retirado, y parte se ha llevado a un invernadero para enriquecerla con nuevas semillas. Esta parte del proyecto se ha llevado a cabo en colaboración con el Conservatorio Botánico Nacional de Bagnères-de-Bigorre.
El resto de manto vegetal y tierra junto a material de los dos edificios derribados, será llevado para su reciclaje o para colocar en otras zonas. El objetivo es reducir al máximo la huella de carbono. Lo que de paso nos da una idea de la de pasos que se ha de dar ahora para hacer obras en unas instalaciones como las de una estación de esquí, que están en mitad de la alta montaña.
