En los Estados Unidos abrió el año pasado la que se considera como la primera estación del mundo sin ningún tipo de remonte. Y es que, si bien en algún sitio tenemos algún centro donde tampoco hay telesillas o telecabinas, si hay otros medios para subir al cliente. Ya sea con el conocidido helicóptero en los vastos dominios canadienses de heli-ski, u otras iniciativas más discretas como El Arpa en Chile, donde hay pistas e itinerarios marcados, pero para subir hay que hacerlo en cat-ski, una especie de vehículo con oruga que transporta a esquiadores y snowboarders hasta las zonas más altas.
Bluebird Backcountry, que es como se llama el centro sin remontes que se abrió el año pasado en los Estados Unidos, está orientado al aficionado al esquí de montaña. Aquel que usa más tiempo de su jornada subiendo que bajando. A simple vista es una estación al uso, con su zona de restauración, su alquiler de material y hasta su escuela. Pero no hay ningún aparato para llevar gente colina arriba.
Abrieron por primera vez el año pasado. No se pudo tener más punteria. Fue ponerse en marcha y caerse el mundo. En total en 2020 se pusieron en funcionamiento 14 días entre febrero y marzo. Luego el planeta entero se metió en casa a ver si el COVID pasaba de largo.
Esta semana han publicado el informe de esta temporada. Ha sido más completa porque han podido ponerse en marcha ya todo el invierno, pero bajo ciertas restricciones impuestas para evitar la pandemia. Abrieron el 31 de diciembre de 2020 y cerraron el día 4 de abril de jueves a lunes. En ese lapso de tiempo tuvieron que cerrar 64 días por malas condiciones de nieve. Aquí se la juegan todo a lo que les deja la madre naturaleza ya que no hay sistema de innivación artificial. Pues bien, al final lograron vender 6.201 días de esquí. Hay que tener en cuenta que todo aquel que compró un pase, luego subió a patita montaña arriba, o con pieles de foca.
Entre algunos de los números que se pueden leer en el informe, destaca que el 20% de los clientes dijeron que Bluebird era su primera vez que hacían esquí de travesía. Además se contrataron 1.153 clases, clínics y cursos de avalanchas durante esta temporada 2020-2021. También que se contrató a 54 empleados a tiempo completo y parcial. Para hacer funcionar las instalaciones se han usado 1.355 kilovatios-hora de energía solar, lo que, según Bluebird, ahorró el equivalente a media tonelada de carbón.
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Una estación que se puede mover
El área de esquí funcionó en Whiteley Peak este invierno pasado, en 1,200 acres de terreno dentro de los límites con control de avalanchas y 3,000 acres más de terreno fuera de los límites pero con guías. El año pasado estuvieron trabajando en la cercana Bear Mountain. El traslado les ha permitido triplicar el terreno esquiable y colocarse en un sitio donde según los estudios hay un 50% más de nieve cada invierno.
Como las instalaciones de restauración, así como de alquiler o escuelas, son temporales, se puede mover todo el tinglado a otra zona si es necesario. Ahora acabada la temporada, han desmontado todo, y si vas por allí, nunca se diría que ese sitio hervía de actividad durante el invierno. No ha quedado nada en los campos donde se asentaban las carpas y caravanas de servicios.
Además de esquí durante el invierno ofrecen conciertos y eventos con el objetivo de crear una comunidad de esquiadores alrededor de Bluebird Backcountry.
