Durante estos meses de confinamiento comarcal, el 80% de los hoteles ubicados en zonas turísticas estaban cerrados. Con el levantamiento de las restricciones de movimientos en Catalunya, muchos de ellos han optado por abrir sus instalaciones para aprovechar la cantidad de turistas que quieren reservar para estos días y de cara a la Semana Santa, cuando se espera un lleno de ocupación, solamente con el turista caatalán.
Si las estaciones se pondrán a toda máquina a partir de la semana que viene, también empezarán a trabajar otras empresas de turismo activo en la montaña, como son las de rafting, así como los campings, quienes también ha notado un gran incremento de reservas.
El presidente de la Federación de Hostelería, Josep Castellarnau, admitió al diari Segre que las llamadas para reservar plaza
“son constantes desde hace dos días”, cuando se certificó la flexibilización de la movilidad por toda Catalunya (, aunque en grupos convivencia). La gente tiene tantas ganas de salir que lo llenará todo.
Los turistas llegarán al Pirineo a partir de la semana que viene, aunque el grueso de visitantes se espera para Semana Santa”.
El sector del camping, a la vez, destacó que la afluencia de visitantes se espera no solo para los días centrales de la Semana Santa, sino que las reservas se han cerrado también para días anteriores.
Pese a todo, grandes hoteles a pie de pistas probablemente ya no reabrirán.
Juli Alegre, del Patronato de Turismo de la Diputación, confirmó el optimismo en el sector tras uno de los peores años. En 2020, el volumen de turistas cayó en un 47%.
Las condiciones en las estaciones se mantienen muy bien, especialmente en el Pirineo de Lleida. Ahora quedan tres semanas para tratar de hacer el máximo de caja que ayude a reducir las pérdidas de estos meses de cierre perimetral que ha impedido que esquiadores de toda Catalunya pudiesen llegar a las pistas.
El cierre de la temporada está programada para el próximo 6 de abril, después de Semana Santa. Sin embargo, no compensarán las pérdidas millonarias, ni los miles de esquiadores que han dejado de ir a las pistas en casi cuatro meses desde que comenzó la campaña a mediados de diciembre.
Empresas vinculadas al sector afirman que les llevará de dos a tres años recuperarse de las pérdidas de la peor temporada para la nieve debido a la pandemia. El director de Turismo y Montaña de FGC (Boí Taüll, Espot y Port Ainé), Toni Santmartí, confió en un buen fin de temporada.
Santamartí destacó el gran esfuerzo previo en elaborar los protocolos de seguridad para garantizar que las estaciones sean espacios seguros y se mostró esperanzado en que “la gente tendrá ganas de salir” y será “una buena Semana Santa”, lo que permitirá “acabar bien la temporada”. Fuentes de Ferrocarrils afirmaron que la media de esquiadores en Boi Taüll , Port Ainé, Espot Esquí y Port del Comte va del 5 al 35%. Por su parte, Baqueira Beret (que situó la afluencia en un 20%) también tiene buenas expectativas tras la libre movilidad de las burbujas de convivencia y estudiará ampliar el área esquiable a medida que vayan llegando los clientes.
Tavascán, a su vez, ha tenido un 30% de ocupación y ahora aborda la nueva fase “con optimismo, ya que además esperamos nevadas que mejorarán la calidad de la nieve”, señalaron fuentes del complejo. Port del Comte, en el Solsonès, también confía en un repunte de aficionados que no servirá para cubrir pérdidas pero sí para cerrar la temporada con público.
En Masella, también se mostraron "esperanzados" con esta apertura, teniendo en cuenta que, a diferencia de otras zonas de montaña, el cierre perimetral de las fiestas de Navidad impidió la llegada de esquiadores de fuera de la comarca. Ahora, han recibido una "avalancha" de llamadas de personas pidiendo información y ya prevén ampliar el número de pistas disponibles hasta llegar a los 52 kilómetros. Además, el 45% del personal que desde hace dos meses está afectado por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) podrá volver a trabajar.
