El brote de COVID-19 detectado entre empleados de la restauración en el sector de El Tarter de Grandvalira ya suma una decena de positivos. La alarma saltó el jueves con los tres primeros contagios. La estación ha comenzado a hacer cribados periódicos a los trabajadores, asegura que no hay ningún cliente contagiado y defiende sus medidas de prevención y seguridad sanitaria.
El director general de Grandvalira-Nevasa, Juan Ramón Moreno, explicó que el dominio ha reforzado su estrategia de cribado después del brote de coronavirus detectado entre los trabajadores de la restauración en el sector del Tarter. Las pruebas han pasado a ser diarias y en las últimas horas han detectado otro positivo. El total registrado hasta el momento es una decena.
Moreno insiste en que han cerrado el sector de la restauración del Tarter por prevención y no porque se les haya dictaminado desde el ministerio de Salud. Además, aseguran que los contagios se produjeron en el entorno familiar de los trabajadores y que no se ha contagiado ningún cliente.
Según explca hoy el Altaveu de Andorra, el orígen del brote se habría dado enel marco de una fiesta de cumpleaños de uno de los empleados. Al parecer hizo un encuentro con amigos, e invitó a compañeros de trabajo. Tras este incidente, las pruebas para detectar positivos que hasta ahora se hacían de manera voluntaria, han pasado a ser obligatorias, según indica el mismo medio andorrano.
En cuanto a los empleados de el Tarter que no han dado positivo, serán reubicados en función del número de reservas y necesidades de los establecimientos del sector de Soldeu, que sí se mantendrán abiertos. Además, se abrirán dos nuevos puntos de restauración para evitar aglomeraciones.
En relación a la reapertura de los servicios cerrados, Moreno ha constatado que no hay una fecha fijada, sino que se hará cuando consideren que se puede garantizar una seguridad absoluta.
