Las pistas mantendrán el precio del forfait en los 20 euros. Así lo aseguró ayer el presidente de Ski Andorra Francesc Camp, quien añadió que de momento no hay intención de subir el coste, a no ser que se permita el acceso a los esquiadores españoles. Al menos oficialmente, porque según se puede ver en los aparcamientos de las estaciones, especialmente los fines de semana, hay muchos vehículos con matrícula de España.
También los hay de otros países de Europa, aunque muy contados y puede que sea de residentes en Andorra que no se han cambiado la matrícula.
Oficialmente en Andorra solo puede esquiar residentes del propio país, pero en la práctica el personal de taquillas no pone mucho esfuerzo en comprobar la nacionalidad del que compra el forfait, excepto en el caso de que sean franceses. A estos, y para seguir el pacto con sus vecinos del norte, no se les vende el pase. Esto ha provocado que algunos espabilados lo compren para luego revenderlos a un precio más caro.
Hace unos días parecía que se iba a abrir un poco más el abanico de potenciales clientes que podrían esquiar en Andorra. Por una parte Ski Andorra estaba negociando con el Gobierno que se oficializara el permiso para vender forfaits a extranjeros. Esto permitiría vender a los franceses. Pero finalmente para no contrariar a sus vecinos, esta propuesta no ha tirado adelante.
También se tenía la esperanza de que los residentes del l'Alt Urgell, así como los que están alojados en esta comarca, pudiesen pasar la frontera para esquiar. Pero aunque la Generalitat ha aceptado asimilar ambos territorios, solo lo ha hecho como unidad sanitaria y por razones esenciales. Tampoco ha prosperado la posibilidad de que se hiciese lo mismo con los Departamentos de l'Ariège y Pirineos Orientales del lado francés.
Ante esta situación las estaciones de esquí de Andorra mantienen una oferta de mínimos y no se plantean ampliar el número de pistas abiertas. Y por tanto el precio del forfait se reduce a menos de la mitad de su coste habitual, que en el caso de Grandvalira debería ser de 42 euros.
Con todo, los 20 euros continúan siendo la mitad si se compara con lo que se cobra en las estaciones de esquí abiertas en el Pirineo catalán, que tiene una media de 40 euros pese a que también se abre parcialmente. Claro que el coste de abrir para unos pocos es altísimo, y la experiencia de esquiar en La Molina o Baqueira Beret también es impagable.