Por ejemplo en el telesilla solo puede ir una persona, a no ser que sean residentes de la misma vivienda. Y en las tiendas solo pueden estar 4 clientes al mismo tiempo. Tampoco hay clases de esquí de grupo. Todas son individuales. Y los forfaits solo se venden on-line, no hay taquillas abiertas.
Algo que sí estamos viendo en el resto de estaciones de esquí que han podido abrir en el hemisferio norte y que también se hace en la de Portugal, es la desinfección del material alquilado (cascos, bastones o botas de esquí) después de cada uso, y los cascos cuentan con una especie de funda interior desechable. Se han creado circuitos de interior para evitar cruces de personas.
Y otra situación que no hemos visto en Europa (en Estados Unidos si en algunos casos) es la capacidad máxima de la estación de esquí. Durante los fines de semana solo podrán esquiar 350 personas al día, una reducción bastante significativa si tenemos en cuenta que lo habitual en plena temporada es de 1.100 usuarios.
La empresa asume que todas estas reglas puede disuadir a algunos clientes a hacer reservas, pero tienen la esperanza de que las medidas puedan relajarse si mejora la situación de la pandemia. Además se espera que al haber restricción de movilidad para salir del país, muchos turistas decidan quedarse en Serra da Estrela, o como mínimo acercarse para conocerla.
Una de las grandes novedades de este año y que puede ayudar a que la gente pueda acceder otros días, es que se ha triplicado la capacidad de fabricación de nieve artificial. Se espera que ahora se se supera holgadamente los tres meses de actividad y que las instalaciones de esquí puedan estar abiertas de 80 a 100 días.