"la decisión de permitir o no el esquí es una competencia nacional, no europea. Pero hemos pedido a los países que cooperen a la hora de aplicar sus medidas. Levantar las restricciones demasiado pronto puede aumentar el riesgo de que resurja el virus"
En este sentido, señaló que siguen siendo aplicables las recomendaciones que la UE adoptó el pasado abril, que pedían llevar a cabo esta retirada de forma gradual, efectiva y basada en criterios científicos y que, si bien no se trata de adoptar el mismo enfoque en todos los países, es importante tener un alto nivel de "cooperación y coordinación" entre estos. "Insistimos en el hecho de que hay que ser muy prudentes para evitar el repunte del virus y por ello pedimos a los Estados miembros coordinar sus esfuerzos teniendo en consideración las líneas directrices que ha establecido el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC)"
Las proyecciones de este centro, recordó, indican que si los países siguen aplicando las medidas de contención que tienen ahora mismo en marcha podrá llegarse a niveles de infecciones muy bajos, pero también apuntan a que si estas medidas se retiran rápido podría llevar a aumentos en las hospitalizaciones incluso en la primera semana de enero.La Comisión insta a los países a que mientras no esté disponible una vacuna segura y efectiva, sigan respetando sus recomendaciones. Bruselas, en todo caso, no ha emitido directrices específicas sobre la práctica del esquí, sino recomendaciones generales en materia sanitaria como mantener la distancia de seguridad o llevar mascarilla.
La Comisión aún está evaluando si es posible emitir una recomendación general para los Veintisiete sobre las medidas de contención de cara a la Navidad, dijo el portavoz.
Sobre la posibilidad de que los países cierren sus fronteras para impedir que sus ciudadanos viajen a estaciones de esquí de los Estados vecinos, el Ejecutivo comunitario no aclaró bajo qué condiciones podrían aplicarse estas restricciones, que son también competencia de los países.
El anuncio de Merkel de que buscará coordinar en la UE el cierre de las estaciones de esquí -que en Alemania permanecerán cerradas hasta enero- llega en medio de una división de opiniones al respecto en el país, dónde algunos dirigentes regionales han advertido del peligro de que se genere otro Ischgl, la estación turística austríaca donde miles de turistas de toda Europa se contagiaron en la primera ola.
La canciller alemana dio por hecho que se encontrará con el rechazo de la vecina Austria.
