La
OMS (Organización Mundial de la Salud) nos ha dado hoy alguna pista. No de cuando vamos a poder esquiar con normalidad, sino cuando haremos una vida sin mascarillas ni distanciamiento. Lo cual para muchos sectores de ocio y restauración, es signo de recuperar la actividad perdida.
Pues bien, saber la fecha exacta es imposible. Pero la OMS afirma tener alguna idea pero nunca a corto plazo. En algunos países, con presiones políticas para dar un vaticinio positivo, aseguran que a finales de 2021 ya volveremos a la vida que teníamos antes. Pero para la OMS, algo más independiente, calcula que eso no sucederá
hasta el año 2022.
La doctora Soumya Swaminathan, directora científica de la OMS ha asegurado que
"“Estamos mirando por lo menos al 2022 antes de que suficientes personas comiencen a recibir la vacuna para desarrollar inmunidad. Por lo tanto, durante más tiempo, tendremos que mantener el mismo tipo de medidas que se están implementando actualmente con el distanciamiento físico, el uso de mascarilla y la higiene respiratoria.
"Eso tendrá que continuar después de que comience a aplicarse la vacuna, porque necesitamos que del 60% al 70% de la población tengan inmunidad antes de que comience a verse una reducción dramática en la transmisión de este virus”
La experta ha recalcado que tampoco se sabe cuánto tiempo protegerán estas vacunas y, por tanto, cuánto durará la inmunidad.
“Creo que es seguro decir que podría ser 2022 cuando comenzaremos a pensar en volver a la vida normal anterior al covid”.
Por tanto si ya sabíamos que esta temporada íbamos a esquiar con mascarilla y distanciamiento social, ahora también sabemos que
para 2022 volveremos a la misma situación.
Siempre puede haber una lectura positiva de todo esto, y es que según las encuesta de satisfacción en algunas estaciones de esquí de Australia, los esquiadores
han mostrado una experiencia muy positiva de esta temporada con restricciones, ya que han podido esquiar sin aglomeraciones y con muchas menos colas. La parte negativa se la quedan
las propias estaciones, que han tenido que realizar un sobreesfuerzo en controlar que las medidas sanitarias eran respetadas por los usuarios, clientes, esquiadores y snowboarders.