El tenista serbio ha sido siempre un negacionista del COVID, afirmando que era poco más que una gripe. No solo se niega a seguir las normas de prevención, sino que organizó una competición de esquí en la que el público pudo asistir sin problemas y las mascarillas brillaban por su ausencia.
Mal por Novak Djokovic, pero también para los que aceptaron su reto y se plantaron el campo de juego dispuestos a dar lo mejor de sí mismos con la raqueta.
El resultado no pudo ser peor. No solo el propio Djokovic salió del Adria Tour contagiado con el COVID, sino que además otros participantes como Grigor y Dimitrovy Borna Coric. Más tarde, también se supo que Jelena, la esposa del serbio de 31 años, y su entrenador Goran Ivanisevic también contrajeron la enfermedad viral.
Independientemente de las críticas que le enfrentó a otros deportistas, el valor de mercado y la popularidad de Djokovic no han bajado mucho. Es más, ni siquiera se ha quedado confinado en casa durante la pandemia. En respuesta a las oraciones de sus fanáticos, el 'Joker' se ha recuperado rápidamente del COVID-19, y hace unos días pudo inaugurar una pista de esquí a su nombre en Jahorina, una de las estaciones de Bosnia y Herzegovina que más está invirtiendo para captar al turista internacional.
El 17 veces ganador del Grand Slam es un gran aficionado al esquí. En el pasado, Djokovic había asegurado que este deporte ha mejorado sus habilidades en el tenis. En febrero de este año, Novak llevó a toda su familia a los Alpes italianos, donde esquiaron durante todo el día.