El primer caso de COVID-19 se detectó en Noruega el 26 de febrero. Una mujer residente en Tromsø dio positivo después de regresar de China la semana anterior. Ese mismo día, el Instituto Noruego de Salud Pública (FHI) llamó a la calma, explicó que estaban rastreando los posibles contactos previos y aseguró que el riesgo de infección era bajo. La mujer se sometió a cuarentena voluntaria en su propio domicilio.
Pero al día siguiente se detectaron tres positivos más. 24 horas después otros dos. El domingo 1 de marzo ya había 19 infectados mientras en el hospital Ullevål de Oslo se encontraban más de 100 enfermos potenciales. El día 4, pasada una semana de la aparición del brote, la cifra de positivos se elevaba a 56. A partir de entonces, Noruega experimentó una escalada de casos y, el 10 de marzo, superó la barrera de los 400 contagiados. Dos días después, la primera ministra noruega, Erna Solberg, anunció la primera muerte por Covid-19 en el país escandinavo. Ese mismo 12 de marzo, con 621 positivos confirmados, el Gobierno decretaba “las medidas de mayor alcance adoptadas por Noruega en tiempos de paz”. Dos días después se endurecieron las medidas todavía más cuando se vio que seguía subiendo el número de portadores hasta los 1.090.
Si el 12 de marzo se cerraron colegios, guarderías y espacios como discotecas o gimnasios y piscinas. También se desaconsejó encarecidamente los viajes de ocio como los realizado a estaciones de esquí y recomendó evitar el transporte público mientras pedía a las empresas que adoptaran el teletrabajo. El cierre de los complejos invernales llegó el día 14, con el repunte. El 16 de marzo Noruega se aislaba por tierra, mar y aire cerrando sus fronteras a excepción de mercancías y ciertos grupos de población autorizados.
Hoy Noruega cuenta 6.525 casos de coronavirus acumulados de los que han fallecido 128 de ellos. Según el Instituto de Salud de Noruega, siguen con 6.485 casos activos, 216 de ellos hospitalizados (59 en UCI) y el resto pasando la cuarentena en casa.
Datos todavía alto, pero un mes después el Gobierno de Noruega ha decidido comenzar el escalado de desconfinamiento con la reapertura de colegios y escuelas infantiles esta semana, además de permitir actividades de ocio y deporte al aire libre, entre ellas el esquí. También ha bajado el IVA de de la industria turística del 12% al 6%.
La temporada no obstante está ya muy avanzada incluso para la fría noruega. Las estaciones que cerraron ya solo han llamado a su personal para comenzar el proceso de desmantelamiento de las instalaciones de la campaña de esquí como es la recogida de redes, señales y colchonetas de protección. Sí parece que las tres con zonas en glaciar van a abrir dentro de unos días para acoger a aquellos esquiadores que se hayan quedado con ganas de más esquí, y para los equipos de competición y clubes.
Pero para los que no quieren esperar, entre las localidades de Oslo y Bergen hay un complejo invernal que ha abierto este martes. Se trata de Ål Skisenter, quien precisamente hoy acababa su temporada habitual de no haber tenido que cerrar, y comenzaba mañana 14 de marzo su campaña especial.
A partir del cierre programado en el calendario, suele abrir sus instalaciones hasta el 30 de abril, siempre que hayan condiciones para poder esquiar con un mínimo de seguridad y garantías. Solo lo hace los fines de semana con dos telesillas, aunque si algún equipo o club le pide abrir entre semana, también están disponibles para hacerlo.
Ål Skisenter se ha acogido al permiso del Gobierno para abrir algunas actividades, y más por un tema de márketing que por una efectividad económica, pone en marcha algunos de sus remontes este martes y excepcionalmente para estas fechas, lo seguirá haciendo todos los días hasta el 30 de abril, a no ser que la demanda sea muy baja.
Además abrirán el esquí nocturno el martes 14 de abril y el jueves día 16 de 17.30h a 20h.
Para poder esquiar en Ål Skisenter se ha de seguir una serie de medidas y protocolos que ya hemos visto en otros casos como el de la República checa o en el pequeño complejo invernal abierto en las islas Lofoten solo para esquiadores locales. Es decir, distanciamiento social en las colas, comida y bebida solo para llevar y solo los telesquís abiertos para evitar contacto con otros esquiadores.
En el caso de Ål Skisenter vemos algunas más como:
- Usar material propio de esquí y snowboard, y no alquilado.
- Cerrado el telesilla Familiheisen
- La percha doble del telesquí será de uso individual
- Cafeterías abiertas pero sin asientos y menos de 4 personas por local
- Usar los guantes en todas las instalaciones y no quitárselos en ningún momento
- Baño abierto pero no se puede hacer cola de espera.
