Diseñador gráfico y de juegos, controla una empresa con más de 100 empleados y se considera un autodidacta que no solo tiene éxito en los negocios, sino que ha escrito un libro. Además le gusta practicar deportes extremos y sigue con nosotros para contarlo. Dice que a los 7 años ya le pidió a su padre que le acompañara a subir montañas de más de 3.000 metros, y a los 12 lo hacía ya solo. Para llegar se hizo con una MTB, y de ahí su afición a los pedales que le ha llevado a conquistar montañas a las que en más de una ocasión no había llegado nadie, y mucho menos con una bicicleta a cuestas!.
Suyas son las cimas del Canigó, el pico de Bugarach, el de Aret, el Mont Valier, Arbizon o el Carlit (el más alto de los Pirineos Orientales). Tambien con las dos ruedas ha subido para después bajarse el Montcalm (uno de los más altos del Ariège), o elM’goun de Marruecos, más de 4.000 metros de altura. A finales del año pasado protagonizó una frenética bajada desde el Pic du Midi con sun MTB que dejó helados a muchos de sus fans.
Pero resulta que al chico también se le da bien bajar con los esquís, y tampoco le da miedo nada. También se ha hecho suyos algunos de los más espectaculares couloirs del Pirineo, entre ellos el que considera como uno de los mejores, el del Vermicelli, un tubo de 300 metros de longitud y un desnivel mayor que el de la torre Eiffel. Tal como explica en el video, hacía semanas que él y sus compañeros de aventuras iban detrás de hacerse este corredor situado en Cambre d'Aze, pero el invierno no estaba ayudando mucho.
Finalmente tras el paso de la tormenta Gloria había llegado el momento. La borrasca había dejado más de 1,5 metros de nieve sobre las montañas del Pirineo oriental, y la nieve estaba en perfectas condiciones. Junto a tres colegas más, decidieron que era el momento de atacar el Vermicelli.
A lo largo de este video de cuidado trabajo y lleno de detalles, podemos ver el proceso que significa acometer una hazaña de este tipo. La preparación del material, las horas intempestivas a las que tienen que salir, y la alegría de llegar a la cima justo al despunte del alba. Es en ese momento cuando comienza uno de los momentos más tensos de la jornada: comprobar el estado de la nieve dentro del couloir.
Uno de ellos, con los esquís en los pies pero con una cuerda a la cintura sujetada por sus compañeros, se encarga de hacer las comprobaciones. No hay problema de aludes, la superficie es estable, y llega ell momento de comenzar. Alexis Righetti es el encargado de hacer de 'liebre'. Será el primero en bajar y quien podrá ver realmente como está el couloir.
En definitiva un trabajo bien documentado, una alegría a la vista y realizado en un escenario muy poco habitual para estos descensos: el Pirineo Oriental. Una reivindicación de estas montañas que son capaces de ofrecernos adrenalina en cualquier punto.
Evidentemene aunque estamos ante el esquí más purista, sin remontes y en plena montaña salvaje, es algo que la mayoría de mortales disfrutaremos desde nuestras pantallas y no apto para llevar a la familia ni para nadie que no tenga una experiencia demostrada.
Solo queda disfrutar del video. Te lo ponemos desde el minuto 4:49, cuando comienza el momento más espectacular, pero no está de más que veas desde el principio las explicaciones de este couloir, así como el proceso hasta llegar a la cima. Todo también muy espectacular....