Y eso que en Kitzbuhel se lleva repartiendo desde hace años la mayor cantidad de premios en metálico de la Copa del Mundo de esquí alpino. Durante los días de carreras, llamado el Fin de Semana de la Hahnenkamm, que esta temporada será del 24 al 26 de enero de 2020l, se disputan tres pruebas. El viernes un Super-G y el sábado la carrera estrella: el siempre temible Descenso sobre la pista de la Streif. Ganar ahí es el deseo de cualquier corredor por el prestigio que tiene, además de poder colocar su nombre sobre una de las cabinas del remontes de acceso al portillón de salida desde el centro del pueblo. Y a todo eso se suma el gran premio que se puede llevar el ganador este año: 100.000 euros. En la edición anterior tuvieron que 'conformarse' con 76.600 euros.
Para el domingo, si no hay algún cambio en el programa, se reserva el Slálom, donde estos años se ha podido ver ganar a Marcel Hirscher, especialista en disciplinas técnicas que anunció su retirada hace unos días.
La Streif es considerada como una de las pistas de Copa del Mundo más peligrosas del circuito. Las velocidades que se alcanzar sobre un trazado mimado al detalle durante meses, provocan a menudo aparatosos acciedentes, e incluso alguna muerte.
Los mejores premios se reservan para el Descenso y el Slálom: 100.000 euros al ganador de cada una de las dos pruebas, mientras que los ganadores del Súper-G del viernes reciben 68.500 €.
En Kitzbuhel se pagan premios en metálico a los 30 primeros participantes. El resto se tienen que conformar con el merchandising que les pueda caer.