En principio se tenía que inaugurar a finales del año pasado. Problemas técnicos retrasaron la apertura al mes de febrero, pero luego quedó sine-die hasta que hace unos días se dio una nueva fecha: el próximo junio.
Las imágenes que se han visto hasta ahora de esquiadores usando el tramo final de la pista, donde hay colocada una cinta de transporte, ha sido de días en que el horno tuvo que hacer una parada técnica, y se aprovechó para que quien quisiera probase la pista seca. Además, no se ha podido completar la superficie hasta arriba, por falta de permisos.
Mientras se busca una solución con el Departamento de Medio Ambiente de Copenhague, se abrirá solo la parte baja de la pista. No obstante ambas partes reconocen que morir abrasado por un horno es menos probable que de un accidente aéreo.
Los responsables de CopenHill tenían grandes esperanzas en esta instalación, que hubiera permitido crear nuevos esquiadores, siendo un espacio ideal para enseñar. También desde el lado sueco estaban ilusionados, especialmente las estaciones situadas al sur del país, más cerca de la frontera marítima, la cual se salva con una serie de puentes y relativamente cerca de Copenhague.
Dinamarca cuenta apenas con tres instalaciones para esquiar en su zona continental. Realmente son un par de colinas a las que se accede con un telecuerda y gestionadas por el club respectivo. Cuentan incluso con algún cañón de nieve artificial. En Groenlandia, perteneciente todavía de facto a los daneses, hay un par de estaciones de esquí.