Vecinos del Berguedà han constituido una
plataforma de oposición al proyecto de ampliación de la estación del Coll de Pal, en Bagà. Bajo el nombre de
‘Salvem el Coll de Pal’, los detractores alertan del “coste” medioambiental que puede comportar la nueva conexión con la estación de La Molina. Alertan de que los esquiadores optarán por esta alternativa para
ahorrarse el coste del Túnel del Cadí, un hecho que “supondrá una masificación importante” en el puerto Berguedà. Además, muestran “preocupación” por la transformación paisajística y económica que podría vivir el territorio.
El nuevo remonte permitirá unir las pistas de Volta Muntanya Sagrada, Olímpica y Comabella. También comportará la ampliación de la zona para
esquiadores debutantes, ya que hasta ahora el acceso esquiando a la zona de Coll de Pal era en exclusivo para expertos. Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya suspendió el año pasado las obras que restaban pendientes para acabar de construir el telecabina tras la aplicación del 155 por parte del Gobierno de España. Finalmente, este mes de agosto, las ha adjudicado por un importe de 1.060.000 euros.
Ferran Canudas, portavoz del colectivo, explica que la reanudación del proyecto los ha llevado a unir esfuerzos y constituir la plataforma.
“No vemos claro que se amplíen los dominios esquiables cuando sabemos que la viabilidad de la estación no está asegurada. El último informe del cambio climático en Catalunya indica que las estaciones de esquí catalanas no son viables. No consideramos razonable que se invierta en una cosa que en unos años ni servirá o será deficitaria"
Los agravios
Según Canudas el nuevo telecabina comportará
“una masificación importante en Coll de Pal. Recuerda que hasta ahora, para ir a esquiar a la Cerdanya
“tenías que pagar el Túnel del Cadí, pero con el nuevo telecabina podrás subir hasta el Coll de Pal e ir a las pistas de la Cerdanya sin pagar nada”.
El otro gran agravio, según el colectivo, es el impacto que puede comportar el nuevo proyecto tanto por el paisaje como para la economía de la zona. En el primero de los casos, explica al portavoz,
“todas las estaciones tienen unos costes que no se amortizan con los forfaits, sino con las urbanizaciones y segundas residencias que hay detrás. Por esta razón nos preocupa que el Alt Berguedà pueda sufrir una transformación paisajística como le pasó a la Cerdanya”.
Por otra parte, en el ámbito económico, el colectivo también cree que el proyecto puede desencadenar cambios en el mercado laboral en la zona y que se acabe reorientando hacia un empleo
“más estacional”.
Sumar apoyos
De momento la plataforma, que reúne a
una treintena de vecinos, celebra asambleas semanales en diferentes puntos del Berguedà
“para denunciar el caso y los impactos que eso tiene”, explica Canudas, así como sumar más apoyos. Paralelamente acaban de definir qué acciones podrían emprender, aunque reconocen el poco margen que tienen por el hecho que ya se hayan adjudicado los trabajos.
En Coll de Pal ya se construyó el edificio de servicios y se instalaron las cintas para debutantes