Los complejos pirenaicos tuvieron que cerrar las pistas de las partes altas donde se registraron ráfagas que superaron los cien kilómetros por hora. Aún así, los más valientes que desafiaron el frío intenso encontraron unos espesores excepcionales y una nieve de excelente calidad. Hoy domungo el tiempo ha mejorado y se han abierto todas las pistas. Sea como sea, los complejos son optimistas porque tienen nieve garantizada hasta finales de temporada, después de Semana Santa. En las estaciones leridanas todo hace prever que se cumplirán las previsiones de crecimiento del 4% que se habían marcado al comienzo de la campaña con la venta de más de 1,3 millones de forfaits, según el Patronato de Turismo de la Diputación.
En la estación de Espot sólo se puso en funcionamiento el telesilla que sube hasta la cota 2.000, donde a primera hora de la mañana la temperatura llegó a once grados bajo cero con una sensación de menos 30 grados por culpa del viento. En Port Ainé y en Boí-Taüll sólo se pudo esquiar en las partes bajas y en Baqueira toda la zona de Bonaigua y parte de Beret también se cerró porque el viento hacía impracticable la práctica del deporte blanco. La misma situación se repitió en la estación solsonina de Port del Comte. El riesgo de aludes continúa marcado o fuerte al conjunto del Pirineo.
La meteorología, por lo tanto, dio la lata y no permitió aprovechar el primer día de un fin de semana que se preveía excepcional después de los importantes espesores de más de dos metros de nieve acumulados entre domingo y lunes pasado. Xavier Bigordà, director de Espot y Port Ainè, explicó respecto a este sábado que
"En las partes altas se registraron rachas de entre 100 y 120 kilómetros por hora y con estas condiciones de viento no pudimos tener abiertos los remontes. Hoy aunque con mala visibilidad en Port Ainè y Espot por la niebla, hemos podido abrir todas las pistas, igual que en Espot. Ayer dadas las circunstancias, las dos estaciones vendieron los forfaits con descuento."