
En toda Austria solo hay dos servicios de metro. Uno está en Viena. El otro está en el complejo invernal de Serfaus. Apenas un par más de estaciones de esquí cuentan con un servicio de trenes subterráneos.
Hasta la década de 1970 la carretera del pueblo era la única vía de acceso a la estación de esquí de Serfaus que cuenta actualmente con acceso a 214 kilómetros de pistas. Ese año fue cerrada a los vehículos privados y se instauró un servicio de autobuses para transportar a los esquiadores hasta los remontes. Pero los clientes siguieron aumentando, así que se decidió construir un tren subterráneo que fue inaugurado en 1985. En aquella época muchos tildaron el proyecto de locura. Su uso fue desde el principio, totalmente gratuito.
El de Serfaus es considerado como el segundo metro más pequeño del mundo, no solo por su túnel estrecho, sino por los apenas 1.300 metros de recorrido. Y eso que no tiene las características estrictas de un tren subterráneo, ya que para evitar vibraciones en las casas cercanas, en lugar de rodar por raíles lo hace con un sistema de suspensión neumática, una especie de flotadores al estilo de un hovercraft.
El cometido del Dorfban Serfaus es llevar a los esquiadores desde el aparcamiento situado en la parte sur del pueblo, a los remontes situados a pie de pista de la parte norte de la población. Y además hacerlo bajo suelo para permitir que las calles sean libres de coches. La parada inicial es la de Parkplatz, a la que le siguen dos en el centro que solo funcionan a primera hora y al finalzar: Kirche y Raika-Zentrum. La cuarta y última es la de Seilbahn. En invierno tiene un horario de 8h a 18h y en verano de 09h a 17.30h. Cada viaje dura 7 minutos.
Nuevo Dorfbahn para 2019

32 años después de su inauguración y después de haber transportado a 29,5 milones de pasajeros, toca una renovación que ya se reclamaba desde hace tiempo. Subirse a él era hacerlo en un trozo de la historia del esquí, pero su funcionamiento superaba los límites en las épocas punta de la temporada. Ahora tras una fuerte inversión de 23,2 millones de euros será sustituido por un nuevo modelo que nada tiene que ver con el actual. Diseño moderno, adaptado a los estándares actuales de calidad y seguridad, y sobre todo mayor capacidad de transporte. Podrá llevar a 3.000 pasajeros por hora, el doble de la capacidad actual.
El diseño de la linea se va a mantener, pero se va a renovar sus cuatro paradas de metro. La que está junto a la iglesia, en el comienzo del recorrido, ya se está tirando. Las obras se dividen en tres fases y no se inaugurará todo hasta dentro de dos años, justo al inicio de la temporada 2019-2020.
En la primera fase, que ya se está ejecuando, se reconstruyen todas las estaciones. Se espera que para el inicio de esta próxima temporada estarán todas listas. Acabada la campaña se volverá a cerrar para restaurar toda la linea eléctrica en 2018. Y finalmente en verano de 2019 llegarán los nuevos vagones. Cada uno tendrá capacidad para 400 personas. La velocidad será la misma, 11m/s, pero se incrementará la frecuencia de paso acortando de los 10 minutos actuales a 9.



