Esos mismos compañeros por la tarde después de comer, pensaron que ya había aprendido como para bajar esa pista, así que cuando llegaron arriba se separaron y quedaron directamente en el apartamento. Hacia las 17h al ver que no llegaba dieron un aviso al servicio de rescate, que al hacerse de noche no pudieron seguir con la búsqueda.
Resulta que el chico, de 28 años, seguía sin aprender a esquiar y volvió a tardar lo mismo en bajar hasta que se cansó, se sacó los esquís y continuó su trayecto caminando por la nieve con las tablas al hombro hasta que anocheció. Se resguardó en una zona de árboles a la altura de la pista, y aunque vio el paso de las máquinas quitanieves, los trabajadores no le vieron ni oyeron porque no se atrevió a salir.
El lunes a las 07.30 de la mañana un equipo de la Seguridad Civil y del Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña (PGHM) partió en su busca, y le localizaron a un centenar de metros de la estación, bajando a pie y con los esquíes a su espalda. Uno de los gendarmes contó que