Parece que va en serio la voluntad de Vail Resorts de hacer crecer su división de estaciones urbanas. Se trata de centros de pequeño o medio tamaño, con una buena afluencia de esquiadores, y cercana a grandes núcleos de población. Hace un par de años compró Afton Alps y Brighton Ski, y hace unos meses se hizo con su tercera instalación de este tipo: Wilmot Mountain.
Visto lo que pasó en las dos primeras estaciones, donde se invirtió 10 millones de dólares en cada una en un solo año, los habituales de Wilmot ya se frotaban las manos con lo que iba a caer en su estación favorita para la próxima temporada. Y los de Vail Resorts no han defraudado, y han anunciado que se gastarán un total de 13 millones de dólares. Y no se gastan mas porque no hay más en que gastar.
De hecho es como si se desmontara la estación entera y se volviera a montar. Fuera telesillas antiguos, todos, bienvenidos nuevos remontes más modernos. Algunos llegan de los almacenes de Vail Resorts, donde guardan los aparatos desmontados de sus grandes estaciones de Colorado, que para esos resorts se quedaron pequeños, pero que para una estación como Wilmot significan un cambio importante.
Por ejemplo, del veteranísimo telesilla biplaza de pinza fija, que es el primer remonte que se encontraba el esquiador al comenzar su jornada, se pasa a un flamante cuatro plazas desembragable que duplicará la capacidad de transporte. Se acabaron las grandes colas en ese punto. En total se renuevan tres remontes, lo que permitirá incrementar la capacidad de transporte en un 45%.
Tampoco se olvida la capacidad de fabricación de nieve. La empresa no quiere depender tanto de las condiciones meteorológicas para comenzar la temporada, y ha abierto la montaña en canal para instalar tuberías y cables para los cañones de nieve. Aquí si, modernos y de gran eficiencia energética. En total se instalarán 50 de este tipo de aparatos que vendrán acompañados con una nueva bomba de agua mucho más potente, capaz de enchufar agua a todos los cañones al mismo tiempo.
El ritmo es alto, y la empresa tiene a cerca de 30 trabajadores operando al mismo tiempo. Unos ya están preparando la colocación de los nuevos remontes, y otros tapando las regatas para empezar a restaurar el tapiz vegetal y que todo quede como si nada hubiera debajo.
Otro de los aspectos que se está trabajando es el del aficionado al freestyle. Para ellos se está ampliando el snowpark, y se ha instalado un remonte nuevo.
Y por supuesto, la pieza clave de la viabilidad de la estación: el debutante. Para ellos se están preparando nuevas zonas, nivelando pistas y creando descensos más suaves para ellos. Este tipo de esquiador no se dedica a comprar el forfait y ya está, sino que además suele alquilar material y contratar clases.
Y la restauración, la otra piedra angular de la facturación, también se está mejorando. Algunos de los edificios donde estaban estos servicios, databan de.... 1938! Los obreros tratan de averiguar todavía que funciona y que no, y si sale más rentable tirar abajo todo el interior y comenzar nuevo, siempre y cuando de tiempo a tenerlo listo para el próximo invierno. De momento sí han derribado paredes para conseguir un espacio más abierto y diáfano acorde a los estándares actuales.