La norteamericana Picabo Street, nacida en Idaho, y no muy lejos de la estación de Sun Valley, donde hoy tiene una pista a su nombre, fue una de las esquiadoras de referencia de los '90. Sus éxito apenas duraron 5 años, pero fueron lo suficiente como para ganar una medalla de plata en el Descenso olímpico de Lillehammer 94. Un año más tarde se convirtió en la primera estadounidense en ganar la Copa del Mundo de esa especialidad, repitiendo de nuevo en 1996. Campeona mundial en el Descenso de los Mundiales de Sierra Nevada, volvió a subir a lo más alto del podio en el Super-G de Nagano'98. Tanbién se llevó el Globo de Cristal de la Copa del Mundo por el Descenso en 1995 y 1996. Tras un par de caídas con lesiones graves, colgó los esquíes en 2002, pero esto no impidió que siguiero siendo centro de atención. Participó en varios programas de televisión, en reallitys, y comentarista en Sochi 2015, tareas que ha ido combinando con su colaboración con fabricantes de material de esquí en el desarrollo de nuevos productos.
Ahora ha vuelto a la gran pantalla. La imagen de Picabo, fichada por la Policía, ha sido portada de varios periódicos tras su arresto por la policía de ParkCity después de agredir su padre Roland Street, de 76 años. Ambos se enzarzaron en una pelea después de que su progenitor chocara el coche contra la puerta del garage al salir a la calle. Los gritos iniciales acabaron en golpes y empujones hasta que Roland cayó por las escaleras y acabó encerrado en el sótano. Luego, ella misma llamó al sheriff del Condado de Summit. Los hijos de Picabo presenciaron el incidente.
En libertad tras pagar la fianza, está acusada de tres cargos de delito menor de violencia doméstica en la presencia de un niño y un cargo de delito menor de asalto. Será juzgada el 16 de febrero. Su abogado espera una resolución amistosa de un asunto "privado de la familia".
El entorno familiar de Street se caracterizó siempre por desmarcarse de cualquier convencionalismo. Sus padres, hippies en los 60, quisieron que ella eligiera su nombre. La llamaron baby girl hasta que a los 3 años un viaje a México obligó a tramitar el pasaporte. La pequeña pronunciaba Peek-a-boo -cucú en inglés- cuando jugaba al escóndite. De ahí pasó a ser Picabo (aguas brillantes en un dialecto indio). "Habría dado una paliza a mis padres por ponerme ese nombre porque en el colegio se reían de mí. Pero ahora se lo agradezco", afirmó hace años.