Acompañado por el fotógrafo Tero Repo y el cámara Guido Perrini, este dúo de riders eligió un lugar situado en el Polo Sur sin más compañía que los cormoranes para poder dar rienda suelta a su imaginación mientras aguantaron las fuerzas. Además de las fotografías del descenso del Iceberg se hicieron otras en otras localizaciones. Para ello se plantaban un par de días en cada lugar para asegurarse que se recogían las mejores imágenes. A menudo tenían que esperar horas a que el tiempo amainase y se pudiera fotografiar con ese cielo tan espectacular que podemos ver en la mayoría de imágenes. Mientras los dos riders iban en tablas de snowboard, el cámara y el fotógrafo lo hacían en esquís.
No es la primera vez que se hace algo así. El año pasado el norteamericano Andrew McLean se convirtió en el primer esquiador del mundo en bajarse un iceberg, el cual eligió también en el Sur, más cerca de Argentina que del Polo.
Por el momento el descenso de iceberg no parece que vaya a convertirse en un deporte de masas, así que los Cormoranes pueden seguir por allí tranquilos sin mas sorpresas que las de algún oso hambriento.

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