No obstante se puede ver que el proyecto está bastante avanzado y los objetivos bastante definidos, a falta de aprobación por el Ejecutivo Asturiano. Así, la reforma más importante y reclamada desde hace años por los esquiadores habituales, es la sustitución del veteranísimo telesilla Cuitu Negro, actualmente en reparación y parado, al encontrar fisuras en cuatro de sus pilonas. Un remonte de pinza fija y poca capacidad de transporte, que será sustituido por un desembragable de alta velocidad y seis plazas, capaz de transportar a 2.000 personas a la hora. Discurrirá prácticamente por la misma linea del actual biplaza, y tendrá una longitud de 1.641 metros.
El nuevo Cuitu Negro se cruzará en su parte alta con el Brañillín, por lo que será necesario recortar en 85 metros la linea de este último remonte, según la memoria del estudio ambiental. También se deberá trabajar en el telesquí de La Hoya, ya que el nuevo telesilla sobrevolará este equipamiento. Se pretende rebajar mínimamente las pilonas 1 y 2. Los que tomen el nuevo Cuitu Negro se encontrarán en su estación de salida con un edificio de dos plantas de nueva construcción, mientras que en la zona de embarque habrá un hangar para guardar sillas y material propio del mantenimiento del telesilla.
Respecto a las nuevas pistas, no se ampliará el actual dominio esquiable, sino que se trabajará en zonas interiores ahora no operativas por las dificultades del terreno. Así, se pretende construir hasta seis nuevos trazados. Para ello se deberá remover tierra y extraer grandes piedras. La anchura aproximada de todas ellas será de treinta metros, y sus longitudes irán desde los 145 metros de la más pequeña a los 440 de la más larga hasta sumar 1,7 kilómetros nuevos.