La estadounidense, que ha batido el récord de precocidad de la italiana Paoletta Magoni, oro en el eslalon de Sarajevo'94 con 19 años, fue la mejor en la primera manga, por delante de la alemana Maria Hoefl-Riesch, segunda a 49 centésimas, y la eslovena Tina Maze, tercera entonces a 67. Shiffrin es además la primera estadounidense en ganar una medalla, de cualquier metal, en un slalom olímpico desde que Barbara Cochran ganara el oro en los Juegos de Sapporo (Japón) de 1972.
En la segunda bajada a Shiffrin le bastó marcar el sexto mejor tiempo para acabar primera por delante de las austríacas Schild, que fue la mejor en la manga decisiva para remontar desde la sexta plaza; y Zettel, que fue séptima en el primer recorrido.
El futuro de Shiffrin es infinito. Su meta es hacerse una esquiadora polivalente, dominadora en todas las disciplinas. Suceder a la lesionada y ausente Lindsey Vonn, más potente en la velocidad, su referente, pero la antítesis. Mentalidad no le falta. Es una perfeccionista y sus cuatro triunfos en el circuito de Copa del Mundo de esta temporada lo han confirmado. Es la primera esquiadora americana que lo logra. El primer paso olímpico también lo ha dado con toda firmeza. Y con suavidad. Por algo ya la han llamado “la Mozart del esquí”.