El esquí se hace mayor

Según el último informe de Laurent Vanat, el número de días de esquí vendidos ha descendido desde los 350 millones de la temporada 2008-2009 a los 300 millones de la última campaña de 2011-2012. La cifra sigue una tendencia negativa que se ve desde hace 10 años, con países como Suiza, España, Andorra, Eslovenia o Japón, cuyos datos van bajando, mientras se mantienen estables en Italia, Canadá y Estados Unidos; y se puede ver un ligero crecimiento en mercados como el de Francia o Austria.

La razones de esta bajada son bien distintas dependiendo de la zona. Por ejemplo, Estados Unidos lucha por la regeneración del 'baby-boom' vivido en las décadas de prosperidad entre 1946 a 1964, tal como relata Hal Clifford en el libro Downhill Slide, donde explica que las últimas tres grandes estaciones construidas en el país datan ya de 1980, cuando se inauguraron Beaver Creek, Deer Valley y Blackcomb. Por aquella época los 'boomers' tenían 35 años de edad, y son precisamente las personas entre 35 a 42 años de edad, las que hacen mas visitas a las estaciones según Clifford, quien afirma que estadísticamente se ha demostrado que a los 44 años se empieza a espaciar las visitas a pistas. Los boomers por tanto abandonan la práctica del esquí, y las estaciones pierden clientes.

El reto de la industria de este turismo es buscar nuevos nichos de mercado. Hace tiempo que se trata de captar clientes afroamericanos, hispanos o asiáticos, pero es un tipo de target que no tiene la cultura del esquí, ni el poder adquisitivo para poder acudir.

Por ello en Estados Unidos desde hace algunos años se están lanzando programas para captar nuevos esquiadores. Desde paquetes de clases, forfait y alquiler de material a precios de risa, a el regalo de un par de esquís si se acaba un curso entero de aprendizaje, o el regalo del forfait si traes a un amigo. Sin embargo solo el 15% de los principiantes siguen esquiando. Una cifra que podría aumentarse si se pusieran de acuerdo más integrantes del sector, como por ejemplo las tiendas de alquiler de material, las cuales deberían tener especial cuidado en lo que se alquila a estas personas que empiezan, para que puedan tener una experiencia positiva en la montaña. Mas de uno acaba las clases con ganas, por culpa de un material que no era el adecuado para él.

Si nos venimos a Europa, encontramos varios factores. En Suiza el no contar con el Euro, y además con una moneda propia, el Franco, a menudo demasiado fuerte, hace detraer a los esquiadores de ni siquiera plantearse ir a las pistas helvéticas.

En España el drama es la crisis económica. Con un sector sostenido principalmente por los esquiadores jóvenes, el mantener unas cifras de hasta un 56% de paro juvenil no ayuda en absoluto. Laurent Vanat se pregunta en su informe, como se justificarán los 130 nuevos remontes instalados en los últimos 10 años.

Los que salen bien parados son los Austriacos y franceses, pero ya se han puesto alertas. En el caso de los primeros, han visto como los precios para esquiar han ido creciendo un 10% en el periodo 2006-2010, mientras que la inflación se ha quedado en un 7,5%. Es decir, sube mas el coste del esquí que el de la vida, lo que dejará a mucha gente fuera. Desde la Asociación de Remontes de Austria ya han advertido que los precios tienen que bajar, y así lo han ido entendiendo muchas estaciones, con grandes rebajas en sus paquetes vacacionales.

Así que con una economía en grave retroceso y sin visos de recuperarse, y una generación que no se renueva, la solución pasa por rebajar los precios. Eso traerá inevitablemente problemas en las empresas, ya que los dueños de las estaciones tendrán que bajar sueldos, despedir personal y hacer trabajar mas horas, para poder rebajar el coste del forfait, o al menos mantener los costes de explotación con menos ingresos.

Mientras tanto, mientras el planeta entero, o al menos aquella parte del globo terráqueo que tienen en el esquí un sector importante de su economía que mueve miles de empleos, no se ponga de acuerdo en lanzar programas para crear nuevos esquiadores, el sector de material, uno de los más afectados, sigue confiando en los nuevo mercados que empiezan a aparecer en la Europa del Este, Rusia, Corea del Sur, China, y una probable recuperación de Japón.

Los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 son la gran esperanza para estas empresas de que el esquí despierte4 interés entre los habitantes de aquellas zonas. Se espera que Rusia pueda atraer en pocos años a entre 5 y 10 millones de esquiadores nuevos. actualmente apenas esquía 1 millón de personas en el país. En China, pese a que no se han alcanzado los datos que se esperaban ni por asomo, si que es verdad que se ha triplicado el número de practicantes en los últimos 10 años.