Vistas de 360 grados que abarcan fronteras estatales e internacionales, como la cima del Triglav, en Eslovenia, y los bosques bohemios de la República Checa. Además del vértigo, el viento y la nieve suelen golpear fuerte.
El trayecto de subida es espeluznante: el teleférico desde Türlwandhütte asciende casi mil metros hasta la estación de Hunerkogel y pasa prácticamente rozando la pared del acantilado calizo, lo que permite apreciar con claridad las grietas la pared.
La nueva atracción, una escalera a ninguna parte, está abierta desde comienzos de julio, y se trata de una nueva forma de explorar la zona solo apta para valientes: un puente metálico en suspensión de 100 metros de longitud que termina en una escalera con 14 peldaños... hacia la nada.
El puente está situado en el punto más alto de Austria y las vistas son espectaculares. Pero el verdadero atractivo es la plataforma metálica y de vidrio que desciende 14 peldaños, una especie de mirador que te deja suspendido en mitad de las montañas. El precio: tres euros extra sobre lo que cuesta la entrada a la estación. Pasar miedo sale barato.
Gracias a sus condiciones climatológicas y de nieve, el glaciar de Dachstein ofrece esquí todo el año.