Cristina, la niña madrileña de 7 años arrollada por un alud mientras esquiaba con sus padres por una pista balizada en Formigal, Huesca, falleció este martes, 24 horas después de la avalancha. La pequeña había entrado en estado de muerte cerebral y su estado se daba por irreversible. Fuentes del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde estaba ingresada, informaron que a Cristina se le habían practicado maniobras de reanimación por parte de los servicios sanitarios de la estación de esquí y del servicio 112, antes de su traslado al Hospital Infantil, donde permaneció en la UCI de Pediatría.
Los hechos se produjeron a las 13.40 horas del lunes. La menor fallecida y su hermano estaban esquiando con sus padres en el lateral de la pista Pico Royo cuando los pequeños se alejaron con otro niño para ayudar a un cuarto menor que se había caído. En ese momento, los dos hermanos y otro niño fueron alcanzados por un alud de pequeñas dimensiones, de unos 3 metros de ancho por 1,5 de alto. Fueron rescatados y atendidos en el momento.
Cristina fue sacada de la nieve sin pulso pero los médicos lograron reanimarla antes de su traslado a Zaragoza. En las horas siguientes su estado fue empeorando y así, se debatió entre la vida y la muerte durante la noche y mañana del martes.
Tanto el hermano de la niña fallecida como el otro menor salieron ilesos, y después de ser reconocidos en el centro sanitario de la estación de esquí fueron evacuados hasta el hospital San Jorge de Huesca.
Las autoridades han comenzado diligencias para determinar las causas exactas del hecho. Sara Carnicer, del departamento de Prensa de la Guardia Civil de Huesca, explicó que han comenzado una investigación al respecto. Indicó que en sus primeras observaciones determinaron que las pistas estaban en buenas condiciones y no existían advertencias de riesgo.
Para evitar nuevos accidentes, la estación de Formigal ha tomado medidas como romper cornisas y provocar avalanchas controladas donde hay acumulación de nieve. Aunque no hay prohibición de esquiar, la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, pide a las familias que saldrán de vacaciones que tomen medidas de precaución, especialmente en la región de Pirineos. Luego del accidente, el nivel de riesgo dentro y fuera de las pistas de esquiar de Formigal es de 3 en una escala de 5.
Formigal ya registró la muerte de tres esquiadores en 2008 Tres esquiadores perdieron la vida tras ser sepultados por una avalancha en la estación de Formigal el pasado 2008. Dos de los esquiadores procedían del País Vasco y el tercero, Miguel Ángel Rodríguez, era un trabajador de la estación invernal. La Guardia Civil recibió un aviso a las 11.15 horas, y 45 minutos más tarde, los agentes desplazados hasta la zona encontraron a una persona que falleció durante las labores de reanimación. Apenas media hora después fue hallado el cuerpo sin vida de una segunda persona.
Los deportistas se encontraban esquiando en un paraje conocido como la "mina del pico Anayet", un área muy aislada. El alud se produjo en torno a las 10.30 horas.
En las labores de rescate participaron 12 agentes de la Guardia Civil de Alta Montaña, dos perros especializados en avalanchas con sus guías y un helicóptero con toda su tripulación, además de bomberos del Alto Gállego, personal de la sociedad Montañas de Aragón (ARAMON), gestora de Formigal, y voluntarios que estaban en ese momento en la zona.
Una niña murió en 2012
Una niña de 8 años perdió la vida tras sufrir un accidente esquiando en la estación de Formigal mientras realizaba un curso de aprendizaje, aunque en este caso se trataba de una niña que esquiaba con un marcapasos y el fallecimiento se debió a un desmayo previo. Pese a que fue trasladada en helicóptero al Hospital Miguel Servet de Zaragoza, la niña falleció.
La chica se encontraba realizando un cursillo de esquí de la escuela de formación que trabaja en la estación cuando perdió el control y, sin lograr frenar, se chocó contra la red que limita el final de pista. El accidente ocurrió en la zona de Anayet, en la pista 'Pastores', de color azul, una dificultad habitual para quienes están realizando cursillos.