Esta inyección económica preocupa en Ibercaja, que comparte el accionariado de Aramón con la DGA a partes iguales, ante el elevado endeudamiento que ya tiene la sociedad mixta, más de 88,8 millones. De hecho, consideran, al igual que la DGA, que el precio que se debe pagar por su integración en el hólding debe ser simbólico y que ahora no son momentos para acometer grandes inversiones.
El director y accionista de Candanchú, Eduardo Roldán, subrayó ayer que el precio de tasación no será un problema para llegar a un acuerdo, pese a que las actuales diferencias de valoración entre las partes siguen siendo abismales. La estación partía de una petición de 28 millones, que ha ido reduciendo hasta los 10 millones, pero la DGA está muy lejos de esta cifra y considera que tiene que fijarse «un precio testimonial».
Roldán manifestó que la tasación «no será problema» para alcanzar a un acuerdo y se mostró convencido de poder cerrar antes de la próxima campaña, que empieza en dos meses, la integración por una «valoración digna y sostenible para las dos partes». Y a renglón seguido subrayó que el objetivo es sacar a la estación de la crisis y lograr la unión de estaciones «en beneficio del valle del Aragón y del esquí en la Comunidad».
Asimismo, el director de la estación negó de forma taxativa que la estación requiera una fuerte inversión y defendió que solo se necesitan acometer «detalles» porque, a su juicio, está «bien equipada» tanto en pistas como en remontes y material. «Que se les quite el miedo a algunos. Candanchú no supone un agujero en cuanto a inversiones», dijo antes de cuestionar la política inversora de Aramón en los últimos años. «Si el horizonte de Formigal es complicado es por el exceso de inversiones, que ha provocado el endeudamiento», añadió.
El valle del Aragón vive con incertidumbre y preocupación ante la delicada situación de Candanchú, que negocia su integración en Aramón en una crítica situación financiera que ha provocado que lleve tres meses sin luz y sin pagar las nóminas a sus trabajadores. El presidente de la Asociación Turística Valle del Aragón y alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, subrayó que si Candanchú no puede abrir finalmente este temporada «sería algo catastrófico para el valle» por lo que «hay que hacer todos los esfuerzos posibles para que esté en funcionamiento».
Sánchez manifestó que la incertidumbre «genera desconfianza hacia el valle», por lo que reivindicó la implicación de la DGA. «Parte de lo que ha pasado se debe a la fuga de esquiadores al valle vecino, debido a las inversiones realizadas», dijo en referencia al impulso Formigal.
El alcalde de Jaca, Víctor Barrio, recordó que la cabecera de la comarca se está «moviendo» por el bien del valle, por lo que se ha implicado en los contactos. La última reunión con el director de Candanchú se mantuvo el lunes y recordó que la estación es uno de los motores de desarrollo de la Jacetania:
La misma recriminación fue hecha por el presidente de los empresarios de la Jacetania, Pedro Marco, quien advirtió de que será más caro para las arcas públicas asumir el impacto de un hipotético cierre de Candanchú por el millar de puestos de trabajo indirectos que el coste de solventar el futuro de la estación.
Por último, José Juan Prado, presidente de la Asociación de Empresarios de Comercio y Servicios de la Jacetania, insistió en pedir el apoyo de la DGA porque Candanchú «significa mucho en el valle» y planteó que el Ayuntamiento de Aísa, propietario de los terrenos de la estación, «debería decir algo».