Boí Taüll Resort comenzó la temporada el 6 de diciembre a medio gas (como hicieron las estaciones de la comara vecina del Pallars en días posteriores), con pocas pistas abiertas por la falta de nieve, y aunque la situación mejoró en enero, el complejo no ha estado plenamente operativo en todo el invierno. Los responsables
cerraron este domingo la estación y los hoteles que, previsiblemente, no abrirán hasta el próximo verano.
La
falta de nieve ha castigado la estación ribagorzana en un momento ya delicado desde que hace tres años su principal accionista, la inmobiliaria Nozar, entró en concurso de acreedores. Cuando faltan para cerrar los últimos datos, la estación estima que la temporada ha finalizado con un
35 por ciento menos de forfaits vendidos (días de esquí o entradas simples), lo que supone unas 55.000 jornadas menos si se tiene en cuenta que el el año pasado se despacharon 155.000. Estas cifras hacen prever un volumen de ingresos
un 40 por ciento inferior al del año pasado, según avanzó el director comercial, David Rey, que calificó la temporada como la
"peor de los últimos diez años".
Ayer acogieron unos
1.300 esquiadores, con la nieve en un estado mucho más óptimo que la mayor parte de la temporada gracias a la nevada de finales de marzo, que "no ha servido para recuperar" los forfaits perdidos.
Este balance podría precipitar la búsqueda de una
solución para la situación financiera de la estación, que este año ha empezado a renegociar la deuda con los bancos y el ICF. Una de las posibilidades es que entren a formar parte del accionariado.
ERE a 90 trabajadores
La estación de esquí de Boí Taüll ha presentado esta mañana un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal que afecta a
90 personas, que son todos los trabajadores del complejo de esquí y los hoteles, según ha confirmado el presidente del comité de empresa, Manuel Romero.
La propuesta de la dirección es aplicar el ERE entre el 1 de mayo y el 31 de octubre, algo que, según los trabajadores, no sólo supone la cancelación de la campaña de verano del complejo sino que también amenaza la próxima temporada de esquí, según puntualiza Romero
"Pone en peligro la temporada de invierno porque el mantenimiento en los remontes se tiene que hacer casi a diario, desmontarlos y hacer reparaciones, para que la temporada que viene lo tuviéramos todo en marcha, y eso va a ser imposible. Si en tiempo normal, aunque no hubiera pasado el ERE, ya cuesta llegar a diciembre con todo preparado, porque las inclemencias del tiempo siempre nos van retrasando, ahora va a ser imposible".
Las
90 personas afectadas son 17 empleados de la estación, 9 de la central de reservas de Barcelona y 64 de los hoteles del complejo conocido como Pla de l'Ermita. Romero ha explicado que la propuesta de la empresa sólo contempla que tres personas sigan trabajando estos seis meses para encargarse de la vigilancia de todo el complejo de esquí y los hoteles,
"Sólo para vigilar que nadie nos robe nada, porque no se hará ningún tipo de mantenimiento, es imposible"
El presidente del comité de empresa ha avanzado que no aceptan la propuesta de la empresa y ha asegurado que el ERE no está justificado y tendrá efectos negativos, por lo que pedirán que se retire. Si no es así, Romero considera que es vital que, al menos, el personal de mantenimiento siga trabajando,
"Pediremos que siga todo abierto y como mucho, si la hostelería no puede abrir por ser deficitaria, al menos que el personal de remontes haga el mantenimiento de toda la estación de cara al invierno".
La dirección de la empresa y los trabajadores se reunirán el próximo jueves para discutir el ERE.