La pista Avet ha demostrado ser una de las mejores del circuito internacional en gigante. Y en slalom también ha sacado nota. Prueba superada. El 25 y 26 de este mes tendrá lugar, en la pista Antenas de Grau Roig, una etapa de la Copa del Mundo de kilómetro lanzado. Dos citas de los calendarios en que está la élite del deporte. Y precisamente este es el objetivo que se marcan las diferentes partes. "Tenemos que mirar que cada año tengamos una Copa del Mundo de alguna especialidad", indica Albert Coma, presidente de la Federación Andorrana de Esquí, que también piensa en "hacer proyectos a largo plazo". Estos, al igual de ambiciosos o más. "Primero tenemos que consolidar la Copa del Mundo femenina para traer después la masculina." Los calendarios están cerrados hasta el 2016. Por lo tanto, estar atento por si hay ninguna cancelación antes.
A más largo plazo, el reto es el más grande al que se puede aspirar: "En diez o quince años organizar unos Campeonatos del Mundo de esquí alpino." Este es uno de los eventos deportivos internacionales con más eco mediático, así que el atención mundial se centraría durante unos días en las montañas andorranas.
Pista Águila para el descenso
Para poder aspirar a organizar esta competición alguna vez, Andorra necesita instalaciones, entre ellas una pista de descenso, que hoy día no existe. La que tiene más posibilidades de ser la elegida es el Águila, en el sector El Tarter de Grandvalira, donde habría que hacer toda una serie de modificaciones para tener la homologación de la FIS. Además, toda la adecuación y las obras podrían tener un presupuesto superior al de la Avet. Este trazado es de dificultad 'negra' y llega hasta el pueblo a 1.710 metros, con salida en la Tosa dels Espiolets a 2.467 metros.Eso sí, disponer de una pista de descenso permitiría, además de optar a unos Mundiales, abre una puerta a la Copa del Mundo, tanto masculina como femenina, para que pudiera llegar antes del 2016, ya que el abanico de estaciones con este tipo de trazados es inferior al del resto de modalidades. Y llevar un descenso también sería una posibilidad para enlazarla con otras pruebas como el gigante o el slalom.
Pero la decisión definitiva del lugar donde se instalará será de la FIS, que tiene la última palabra, como ocurrió con el Avet. "Deben venir técnicos de la FIS y que nos digan dónde puede estar situada", indica Coma. Desde el sector público también se da apoyo a cualquier iniciativa que suponga un impacto mediático importante que sirva para promoción del país. "Andorra puede ser ambiciosa", remarca Francisco Camp, ministro de Turismo, ya que "este tipo de eventos deben tener continuidad".
