A pesar de reconocer el difícil momento económico por el que pasa Vallter 2000 (según algunos de ellos, crítico), todos se muestran esperanzados que, tarde o temprano, se podrá superar esta situación. La intervención de la Generalitat es clave, por la mayoría de ellos, para que Vallter pueda hacer las inversiones que se necesitan actualmente en la estación para superar la deteriorada situación económica y afrontar el futuro con garantías. En caso contrario, se crearía un agravio comparativo con las otras dos estaciones del Pirineo gerundense donde el gobierno, a través de Ferrocarriles de la Generalitat, es la propietario.
El alcalde de Setcases, Carlos Fernández, dice que Vallter necesita una inversión ajena y añade que es difícil encontrar en la actualidad un grupo inversor que lleve a cabo, lo que deja la estación en desventaja y el Vall de Camprodon víctima del desequilibrio territorial. Fernández, que preside el Ayuntamiento del municipio donde se encuentra ubicada la estación, mantiene que la situación es crítica y que hay que encontrar una solución rápida porque no es bueno que Vallter esté abierta sin funcionar como es debido.
El Alcalde de Sant Pau de Segúries, José Palos, afirma que no cree que Vallter llegue al cierre y cree que la solución pasa por la inversión pública, aunque reconoce que el momento no es el más favorable. Su homólogo de Llanars, Esteve Costa, recuerda que la falta de nieve de las últimas temporadas ha afectado gravemente Vallter, pero insiste en que no se puede llegar a cerrar porque es un motor importante de la economía del valle. Según él, es un momento difícil para amortizar los créditos y los intereses que tiene concedidos del Instituto Catalán de Finanzas. Costa explica que si realmente tuviera que llegar a este extremo no se puede cerrar así como así y se realizará de acuerdo con la legislación vigente. No obstante y según él, en la junta de accionistas no se ha informado de estos aspectos.
El alcalde de Camprodon, Esteve Pujol, que también es diputado en el Parlamento, apunta que desde el territorio siempre han defendido la implicación pública para asegurar el futuro de la estación de Vallter 2000. "Es una pieza clave del turismo del Valle de Camprodon y del Ripollès en general", recordó. Pujol quiere que la administración tome en consideración que, a diferencia de muchas otras estaciones, Vallter no está ligada a un crecimiento urbanístico, sino que es estrictamente un centro de esquí. El alcalde de Camprodon, por ello, reclama que la Generalitat trabaje para asegurar el futuro de la estación, tal como hace con La Molina y Vall de Núria. Su homóloga de Vilallonga de Ter, Francesca Pastoret, remarca la importancia de la estación ripollesa para los seis municipios del valle. La presidenta de la Mancomunidad del Valle de Camprodon, Ester Noguer, no ha podido ser localizada.
El alcalde de Molló, José Coma, alerta de que Vallter no ha ido bien durante las últimas temporadas y que las pérdidas devalúan el capital de la sociedad, lo que, con palabras suyas, puede acabar mal. Coma dice que la estación hace funcionar la economía del valle durante el invierno y que es un activo importante para el mercado de segunda residencia y para la hostelería y la restauración y, por tanto, no se puede dejar perder.
Fuentes de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya han afirmado que el ente no tiene potestad para negociar nada si es que el gobierno no se lo pide. Además, añadieron que no harán una negociación a través de la prensa.