Cassany descartó el proyecto, aunque el edificio está medio construido. Decathlon veía la ubicación como óptima y existía un principio de acuerdo. Los problemas para la constitución societaria y, especialmente, los gastos para el arreglo del aparcamiento de la tienda han hecho descartar el proyecto. La multinacional francesa sólo podía disponer del 49% de la sociedad, por las limitaciones de tenencia de acciones para extranjeros marcada por la legislación. Habían planificado la habitual norma del prestanombre y tenían el problema solucionado. Decathlon se lo ha repensado. Según fuentes cercanas a la empresa, no le gusta la dependencia de terceros de un negocio en el que no tendría oficialmente la mayoría de las acciones.
El problema societario era solucionable, pero se ha convertido en inviable a raíz de los problemas para el aparcamiento que había que habilitar junto a la macrotienda. El espacio se encuentra en una zona de peligro de desprendimientos. Había un acuerdo con el Comú de Andorra la Vella, pero las diferencias surgían respecto de quien debía hacerse cargo del millón de euros presupuestado para las obras de protección.
A tres bandas
El espacio de Santa Coloma había sido arrendado a Cassany con un contrato de larga duración. La edificación del complejo de ocio fue a cargo del empresario. Una vez entró en escena Decathlon había tres actores a la hora de decidir quién se hacía cargo del arreglo del parking. Al final no se ha cerrado un acuerdo y Decathlon ha descartado el proyecto. La sociedad francesa estaba dispuesta a hacer una importante inversión en Andorra. Se consideraba un mercado muy atractivo por la importante cantidad de visitantes, siguiendo la traza de otras franquicias que se han ido instalando en los últimos años. Se preveía que el centro daría trabajo a una cuarentena de trabajadores. Los precios podían haber sido más reducidos que en España o Francia por la diferencia impositiva. La decisión se tomó recientemente y, en principio, no hay margen para dar marcha atrás.
Marcas propias para ser mas competitivos
Decathlon nació en Lille en 1976 y en diez años había logrado traspasar fronteras. Abrió la primera tienda fuera de Francia en 1986 en Alemania. En España llegó en 1992, coincidiendo con los Juegos Olímpicos. La expansión del grupo ha sido exponencial, aunque tanto en Estados Unidos como en Argentina decidió abandonar la línea de negocio abierta. En Francia cuenta actualmente con 235 tiendas y España es el segundo gran mercado, con 75. Fuera de Europa opera en Brasil, Venezuela o China.
El rasgo característico más identificativo es la oferta de marcas propias, propuesta que muy pocos distribuidores de deportes son capaces de hacer. Ha creado hasta dieciocho marcas especializándose en áreas deportivas. Esta política le ha permitido más margen a la hora de ser competitivo con los distribuidores de material deportivo que sólo ofrecen material de los grandes fabricantes. Decathlon está concebida como la gran casa para todos los deportes. Desde senderismo hasta submarinismo, pasando por actividades de nieve o incluso caza. En todo el mundo tiene 25.000 trabajadores.
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