La intención era abrir esta zona virgen, como extensión de los telesillas que se montaron para llevar esquiadores hasta la zona de Freychet, tal como reconoce Henri Nayrou, Presidente del Sindicato Mixto que gestiona la estación (con participación pública, y privada por parte de Altiservice). El directivo señala que desde que se hicieron cargo de la estación en 1993, la naturaleza ha sido su tarjeta de presentación, y que por tanto no pretendían hacer un daño medioambiental.
Precisamente el respeto medioambiental será la justificación del Tribunal para impedir la ampliación, tal como reconoce la abogada del grupo ambientalista Comité Ecológico de l'Ariège. Según la letrada este lugar es hábitat de especies sensibles citados en la Directiva europea de 1979, además de flora especial como la rotundifolia y la phyllodore azul. El impacto del proyecto sería negativo para estas especies según la abogada.
Otra de las razones que el Tribunal dará a conocer a las entidades interesadas es el impacto económico respecto a la inversión requerida, ya que creen que son resultados demasiado optimistas para unos gastos necesarios de 2,4 millones de euros.
Guzet se inauguró en 1962 gracias al empeño de un pueblo que buscaba un revulsivo económico tras el incendio de los balos termales de Aulus. Ante la imposibilidad de volver a levantar el complejo termal, decidieron arreglar el camino a la montaña y poner un telesquí allí donde algunos jóvenes hacían algunas bajadas los fines de semana de invierno. El éxito fue inmediato, y rápidamente se pudo invertir en mejores remontes, construir un aparcamiento. Pero la cantidad de dinero invertida no cuadró con lo recogido, así que en 1968 se tiene que ceder la estación a la entidad a la que debía dinero, quien se hizo cargo de Guzet con exito hasta que una serie de infortunios obliga a venderla de nuevo en 2007 a Altiservice (Mas sobre la historia de Guzet).
