Este es un extracto de la carta que, escrita en un español macarrónico, recibió en abril de 2006 Rafael Mombiedro, el primer olímpico leridano de la historia junto con Andreu Ribera participó en las pruebas de esquí de los Juegos de Oslo de 1952. El remitente, que pocos meses después moriría en febrero del 2007 a los 89 años de edad, era el austriaco Walter Foeger, el impulsor del esquí en Aran y de varios deportes de invierno en España en las décadas de los 40 y los 50, donde llegó a ser seleccionador olímpico y toda una celebridad. Foeger, que en el momento de escribir la carta a Mombiedro acababa de entrar en el Salón de la Fama del esquí de Estados Unidos, un reconocimiento sólo al alcance de unos pocos elegidos, ha sido después injustamente olvidado en España debido a su procedencia estrechamente vinculada a las relaciones entre el Tercer Reich de Hitler y el régimen franquista.
Ahora que Lleida acoge desde este mes en la sede de Cultura y Deportes la exposición fotográfica itinerante del centenario del esquí en Cataluña, conviene recordar que fue gracias a Foeger que el deporte leridano tuvo sus primeros olímpicos, los ya mencionados Mombiedro y Ribera, y Josep Moga, en los Juegos de Cortina d'Ampezzo (Italia) en 1956. Los tres fueron destacados alumnos suyos e impulsó en gran medida la escuela aranesa que ha proporcionado varios esquiadores olímpicos.
Walter Foeger nació en la localidad austriaca de Kuftein, cerca de Innsbruck, el 30 de noviembre de 1917. Sus padres, Anna y Franz Foeger, le enseñaron a esquiar desde muy pequeño en un país donde se necesitaban los esquís incluso para ir a la escuela. A los diez años ya se proclamó campeón infantil de su país y a los doce ya lo habían seleccionado para competir con el equipo nacional senior. Continuó consiguiendo títulos hasta que, sólo con 22 años, le nombraron seleccionador del equipo de Alemania, después de los Juegos Olímpicos del 36 y después de la anexión de Austria por Hitler en 1938.
Con el inicio de la II Guerra Mundial, Foeger es reclutado por la Wehrmacht con la graduación de capitán. Su influencia será mayor en el frente noruego, donde le encargan adiestrar los batallones de esquiadores. Es herido tres veces por los rusos, lo que le valió ser condecorado con la Cruz de Hierro de primera y segunda clase, y luchando contra el ejército soviético entabla contacto con un regimiento de infantería español perteneciente a la División Azul y comandado por el coronel Ricardo Villalba. Éste había sido uno de los héroes del Alcázar (desde el punto de vista de los sublevados) en la Guerra Civil y pertenecía a una prestigiosa familia de militares muy bien relacionada con el general Franco.
Villalba tenía, además, el cargo de director de la Escuela Central de Educación Física y era un gran amante del esquí, muy poco evolucionado entonces en España. Cuando a Foeger, al igual que a otros oficiales especiales por sus conocimientos, le evacuan del frente tras ser herido (de hecho, tuvo que convivir a partir de entonces con una esquirla de bomba alojada en el pie izquierdo), el austriaco no se lo pensó y pidió destino a España, donde la Alemania hitleriana guardaba una estrecha relación con el régimen franquista y donde, además, no entraría directamente en la contienda.
Acompañado por el coronel Villalba entra en España junto a otro instructor de esquí enviado por la Alemania nazi, Theus Schwall, amigo suyo y también nacido en el Tirol austriaco. Foeger cambiará radicalmente la técnica del esquí con un estilo nuevo que después patentará y mejorará notablemente el nivel español.
Su radio de acción se circunscribe primero en La Molina y Núria, donde impulsa también los saltos de esquí y el hockey sobre hielo, este último un deporte casi desconocido en España. Volverá fugazmente a Austria, al finalizar la Guerra, y entre 1945 y 1948 compagina el esquí con las competiciones de tenis, donde se proclama campeón austríaco, y de hockey sobre hielo, en que fue 18 veces internacional y ganó con el Innsbruck un título nacional siendo el máximo goleador del equipo.
Vuelve a España en 1949 contratado por el Frente de Juventudes, tras el buen sabor de boca que había dejado su labor durante su corta estancia anterior, y estará aquí hasta 1956, cuando se traslada a Estados Unidos para impulsar la creación de varias estaciones de esquí, como la de Jay Peak.
Durante los primeros años de la década de los 50 trabajará intensamente en la Vall d'Aran, donde en 1947 ya había organizado el primer curso de esquí en Salardú, y también en otros centros invernales del país, como Valgrande-Pajares, donde hay una pista a su nombre, mientras imparte conferencias y asesora a las federaciones territoriales.
Los leridanos Rafael Mombiedro y Josep Moga lo recuerdan como un hombre "afable pero serio y tremendamente duro y exigente. Le gustaba mucho la disciplina, que era casi militar". Mombiedro sostiene con orgullo un recorte de prensa del diario Marca de 1951, un año antes de los Juegos de Oslo, en el que Foeger, ya como seleccionador del equipo olímpico español, decía: "He descubierto una estrella en la Val d'Aran", a lo que el rotativo añade:
Walter Foeger iría a Estados Unidos desde 1956 a 1973. De vuelta definitiva a Austria fue director técnico de la Federación Austriaca de tenis y escribió nueve libros. Asimismo, también dirigió una película sobre esquí.
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