El proyecto sería algo inédito en Francia, y se propuso hacerlo en Tuffles, una de las seis estaciones del dominio esquiable de Les Rousses, donde además de alpino se practica también la modalidad nórdica. Finalmente un Sábado del mes de Enero se acumulan varias toneladas de nieve; el Lunes se talan varios árboles para hacer sitio; y el martes una excavadora hace un agujero donde ir metiendo parte de la nieve. En total fueron 7.000 m3 que formaron una pequeña montaña. La nieve se tapó mediante un proceso de corteza gruesa de cinco centímetros y virutas de los árboles talados. Así la madera absorbería el agua, pero habría espacio para que transpirara el aire.
A finales de Abril de 2009 cuando las temperaturas ya eran claramente superiores de los 15º, se comprobó el estado de la nieve, y por el momento el invento funcionaba a la perfección. La siguiente comprobación fue en Julio ya en pleno verano y el almacén de Tuffes seguía prácticamente intacto!. La pérdida de nieve hasta el momento había sido del sólo el 20%. Aún así creen que con un acertado grosor de corteza se hubiera perdido menos.
Y llegamos a la segunda quincena de Octubre, cuando la bajada de temperaturas ya se ha confirmado por debajo de lo 8ºC en esa zona de la montaña. Se vuelve a comprobar que queda la misma nieve que en Julio, así que se ha decidido aprovechar para extenderla para crear una pista circular de 1,5 kilómetros de longitud en el que el Equipo Nacional de Esquí de Fondo pueda empezar a entrenarse unas semanas antes del comienzo de la temporada de competición.
Se ha conseguido así, crear esa pista circular para entrenar sin necesidad de fabricar nieve artificial. Simplemente han aprovechado la que ha caído naturalmente durante el invierno, con lo que la materia prima les ha salido gratis. Aún así, esta vez del tratado de la nieve se han ocupado los entrenadores, pero se requiere un equipo de operarios especial que sepa pisar la nieve en esta época del año. Y eso es algo que se deberá debatir para si, sale a cuenta conservar esa nieve todo el año o no.
Un sueño universal
El proyecto inaugurado este año en Prémanon, la búsqueda de la 'nieve eterna', es un sueño compartido por todo el mundo.
Desde los tiempos de los romanos existía lo que se conocía en nuestro país como Pozos de nieve, una especie de silos que permitían mantener la nieve hasta bien entrado el verano. Su utilidad tenía básicamente dos usos: alimentario (conservación o enfriamiento de alimentos) y terapéutico (analgésico, bajada de fiebres, cólera, etc...). Con la aparición de las fábricas de hielo a finales de del siglo XIX, su uso se fue perdiendo.
En otros países, y a escalas mucho mayores, también se ha intentado. En el año 2000, y ya en nuestro siglo, Finlandia creó en la población de Vuokatti, un stock de 10.000 m3 al que se bautizó como 'granja de nieve', una idea que en 2007 fue copiada por los alemanes en Ruhpolding. El último de los intentos es de los suizos, que colocaron sobre sus glaciares unas mantas de tejido de alta tecnología que reflejaba los rayos del sol y por tanto el calor. Un sistema caro, que se muestra más caro que tapar la nieve con corteza y serrín, con el que solo se pierde un 20% del volumen inicial.
Este año parece que se volverá a intentar con la nieve retirada de los aparcamientos de Les Rousses. «Pierrot» Vandel, Director de la Transjurassienne y ferviente defensor de la idea, afirma que antes de fabricar nieve artificial, se ha de mirar de hacer un stock de la que cae de manera natural.