Las obras están a medio hacer y sería muy difícil volver a dejar la Vall Fosca como estaba antes de los trabajos. La posibilidad de que Martinsa-Fadesa las retome en breve es difícil ya que está inmersa en un concurso de acreedores que prevé un plazo de ocho de años para que la constructora pueda devolver sus deudas. Ante tal panorama, desde el Govern se intenta así buscar una solución a este problema que truncó las esperanzas de prosperidad a todo un territorio y principalmente a la Torre de Cabdella y su núcleo agregado de Espui.
Política Territorial ve con buenos ojos la estación de esquí y su conexión con el dominio esquiable de Boí-Taüll, tal y como se contempla en Pla d’Estacions d’Esquí de Catalunya.
En cuanto los pisos, hoteles y resto de instalaciones de la urbanización prevista en Espui, desde el Govern aseguran que si se pudiese comenzar de cero se haría de distinta forma, pero con las obras a medias hay que seguir tal y como está proyectado.
Por otra parte, la constructora asegura en declaraciones a La Vanguardia que las obras de la Vall Fosca no están actualmente entre sus prioridades y que mantienen abierta la posibilidad de vender todo el proyecto si hay un buen comprador.
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