La crisis impide al esquí catalán alcanzar el récord de clientes
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Las primeras estimaciones, a la espera de que las estaciones de Masella y Boí Taüll cierren hoy definitivamente la temporada, es que este año se habrán despachado en torno a 2,2 millones días de esquí. "Sin crisis, el negocio de la nieve estaría hablando de una temporada perfecta", aseguraba hace unas semanas el director de la Associació Catalana d'Estacions de Muntanya (ACEM), Joaquim Alsina. Aun así, y pese a que la coyuntura económica no ha sido la más propicia, solo en Lleida el esquí ha supuesto un impacto de 121 millones de euros, con un incremento del 17% en el número de abonos vendidos respecto al año pasado.
Invierno de fiambreras
La gran suerte es que, a diferencia de lo ocurrido las dos temporadas anteriores, este invierno ha nevado. Han sido, para alegría de empresarios y aficionados, las precipitaciones más copiosas de los últimos 40 años. "Y eso nos ha permitido disfrutar de la temporada más larga. De ahí que los efectos de la crisis se hayan minimizado", indicó Roberto Buil, director comercial de Baqueira Beret. La estación ha llegado a acumular en sus pistas más altas hasta 11 metros de nieve. Lo nunca visto.
Quienes sí han sufrido las consecuencias de la recesión económica han sido los pequeños negocios complementarios al esquí, como hoteles, restaurantes o tiendas de material deportivo. "Posiblemente es consecuencia de la crisis, pero lo cierto es que ha descendido el volumen de esquiadores que pernocta y, en cambio, ha aumentado el público de un solo día", constató Xavier Nolla, director de Masella. Esta variación de hábitos ha beneficiado a las estaciones de Girona y también a Port del Comte, que se ha situado, con un total de 145.000 esquiadores, como la cuarta estación de Catalunya, con cifras muy similares a Boí Taüll.
El 2008-2009 ha sido también un invierno de bocadillos y fiambreras en las estaciones de esquí. Lo confirmó la Federación de Hostelería de Lleida que, ya en Semana Santa, admitió que los ingresos de los establecimientos del Pirineo estaban registrando una merma del 10% respecto a temporadas pasadas.
Los últimos descensos por pistas los han podido disfrutar hoy los que han acudido a Masella y Boí Taüll, que acumulan, a estas alturas de primavera, unos dos metros de nieve en las cotas más elevadas. La abundancia de precipitaciones ha hecho que este invierno las estaciones apenas hayan tenido que activar los cañones de nieve, lo que ha supuesto un ahorro en agua y electricidad. En contrapartida, las máquinas y el personal que preparan la nieve han hecho más horas extras que nunca.
Venta de forfaits en el Pirineo catalán, por temporadas:
99-00: 2.224.000
00-01: 2.065.000
01-02: 2.369.000
02-03: 2.403.000
03-04: 2.392.000
04-05: 2.139.000
05-06: 2.400.000
06-07: 1.592.000
07-08: 1.844.000
08-09: 2.200.000
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