Para la familia propietaria la cesión era la única salida para sobrevivir en el mercado deportivo. Su principal representante, Laurent Boix-Vives justifica la operación en "las ventajas que implicará desarrollarse con QuickSilver. Sería peligroso que Rossignol continuará solo, frente a una intensa competencia y crecientes fusiones en el sector."
El liderazgo de Quiksilver y Rossignol surgirá de sumar el material de montaña con el de mar, además de comercializar conjuntamente toda clase de equipos y ropa deportiva.
En cuanto a los deportes de invierno, Rossignol aportará su posición puntera. El año pasado, la firma francesa facturó 485 millones de euros, detrás de la alemana Adidas-Salomon y por delante de la finlandesa Amer Sport y la austriaca Head.
La empresa Rossignol nació en 1907 en el departamento francés del Isere, fruto del trabajo del carpintero Abel Rossignol. Con los años, los principales campeones franceses de esquí se asocian a la firma. Tras casi un siglo de existencia y 50 millones de pares de esquís vendidos, Rossignol emplea a 2.900 personas en tres plantas, una de ellas en Barcelona, España. Además de esquís, fabrica patines, raquetas de tenis y material para la práctica del golf.
Según los sindicatos, la adquisición por parte de Quicksilver podría generar la pérdida de 152 puestos de trabajo.
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