Esquiar en Goulmarg, la "Suiza del Este"
Para mucha gente de la zona, el ambicioso proyecto es un símbolo de esperanza para que continue y se afiance el frágil alto al fuego entre La India y Pakistán, que durante décadas han peleado por una de las regiones más bellas del mundo.
Una vez terminado, el teleférico será uno de los más grandes y largos de todo el planeta, y se espera que atraiga a numerosos turistas a una región de mayoría musulmana a la que muchos llama la Suiza del Este.
«Las laderas y pendientes de Cachemira son las mejores en el mundo para esquiar, pero la falta de medios de transporte para acceder a lo más alto no permitía a los esquiadores poder disfrutar plenamente de ellas» afirma Farooq Ahmad Shah, jefe del Jammu and Kashmir State Cable Car Corp.
«Atraeremos a muchísimos esquiadores extranjeros porque su precio será una cuarta parte de lo que vale esquiar en los Alpes» dice Shah sobre un proyecto que ha costado 8 millones de dólares y que estará listo para octubre, a tiempo para la siguiente temporada de esquí que empieza en enero.
Su optimismo ahora dista mucho del de hace dos años, cuando una seria amenaza de guerra planeó sobre la región. La India y Pakistán, ambas grandes potencias nucleares, estuvieron a punto de empezar una tercera guerra por Cachemira después de un ataque al parlamento indio a manos de los separatistas cachemiros.
Desde entonces los vecinos han intentado mejorar sus relaciones, y Pakistán ha prometido hacer todo lo que este en su mano para parar a los guerrileros que cruzan desde su parte de Cachemira a la parte controlada por La India.
Una zona muy poco estable
Pero el país de Gandhi todavia no ha conseguido el pleno control de su zona de Cachemira, aproximadamente el 45% de la región, donde hay ataques un día sí y otro también, que se ha cobrado la vida de decenas de miles de personas desde finales de los años 1980, destruyendo la industria turística de Cachemira.
Shah es consciente de la amenaza que existe, pero rebosa optimismo cuando levanta la vista y ve el colosal teleférico que cubre cinco kilómetros y alcanza una altura de 4,000 metros.
El proyecto fue concebido a mediados de los años 1980, pero hasta 1987 la firma francesa PomaGlaski no comenzó las obras. En 1989, la primera etapa estaba casi terminada cuando los separatistas se revelaron contra Nueva Delhi, forzando a los contratistas a suspender el trabajo y volver Francia.
Tras un paro de 10 años, en 1998 se pudo completar la primera fase, pero no fue hasta junio de 2003 cuando la segunda se puso en marcha.
Gulmarg (uno de los lugares más turísticos de Asia, situado a 56 kilómetros de Srinagar, la capital en verano de Cachemira) nunca ha estado en el punto de mira de los guerrilleros musulmanes que funcionan en la región, según Shah.
Pero hay muchísimas cosas que recuerdan que existe una amenaza. En la ciudad, los soldados y los policías llevan armas semiautomáticas, y un arma antiaérea vigila todos los movimientos sobre el césped de una base militar.
Los vecinos dicen que la única vez que se sintieron amenazados fue en 1990 cuando una bomba pakistaní cayó en el corazón de Gulmarg, pero fue en un área no poblada y no hubo víctimas.
La India considera su zona de Cachemira una parte más de su territorio. Pakistán, que controla el 30 por ciento de la región, lleva años pienden un referéndum a las Naciones Unidas para que sean la propia Cachemira la que decida a que país quieren anexionarse.
Invertir en 'paz'
Los avances en las negociaciones entre estos dos países para resolver la disputa de Cachemira son lentos, pero ya se empiezan a ver las primeras consecuencias de este acercamiento. Cada vez hay más turistas que se deciden a visitar Gulmarg, aunque las autoridades no quieren decirlo muy alto para no traer la atención de los guerrilleros.
«Los turistas que vienen aquí dan un sustento a la gente pobre que depende de la industria. Y esto ayuda a desarrollan un interés por la paz» declara el primer ministro Mufti Mohammad Syed, la principal autoridad de la India cachemira. Aunque los visitantes no suelen ser objetivos de los grupos independentistas, el mes pasado los guerrilleros mataron a cinco turistas indios en un ataque con granada sobre un hotel en Cachemira.
Ghulam Ahmad Dar, un instructor de esquí en Gulmarg, esta convencido de que los esquiadores no se van a poder resistir a bajar las cuestas del Himalaya cuando se inaugure el teleférico, aunque sólo sea por la envidiable temperatura y el irrisorio precio.
«A diferencia de los Alpes, aquí puedes esquiar en camiseta», afirma Dar. «Además por el precio de dos tazas de café en Suiza, se puede esquiar el día entero en Gulmarg», sentencia.