"Salü". Así es como se saludan los habitantes en muchos pueblos de Suiza y más concretamente en Verbier. Esta bucólica localidad del cantón suizo del Valais es la entrada principal a una de las áreas esquiables más grandes del mundo llamada Los 4 Valles que ofrece más de 400 kilómetros de pistas marcadas y 95 remontes mecánicos con un único forfait.
Las pistas de Verbier, que junto a las zonas de Tzoumaz, Nendaz, Veysonnaz y Val de Bagnes/Entremont forman Los 4 Valles, están coronadas por el pico Mont-Fort, de 3.300 metros de altitud y desde donde se disfrutan de unas excelentes vistas de montañas imponentes como el Grand Combin (4.314 metros).
Aunque se puede esquiar varios días sin repetir la misma pista, Verbier también es conocida dentro del mundo del esquí y del snowboard por sus inmensas posibilidades para esquiar fuera pista. El freeride es como una doctrina y Verbier es su santuario. Allí todo el mundo sale con su ARVA (sistema de detección de víctimas por avalancha), su sonda y su pala, además de su camelback (bolsa para llevar agua o algún líquido isotónico) bien lleno.
Incluso en su calendario de actividades destacan las 24 Horas de Freeride, una prueba de esquí fuera pista por equipos que gana quien más kilómetros recorre en 24 horas, y el Red Bull Xtreme Snowboard Contest, una competición de surf de nieve.
Oferta 'après-ski'
La vida después de esquiar en Verbier es muy animada y por la tarde la gente, vestida todavía con la ropa de esquí, va a disfrutar de la música en directo en bares como el Farinet o el Pub Mont-Fort, para público más joven. También se puede probar con el curling (una especie de petanca sobre hielo) o hacer unos largos en la piscina del centro deportivo. Para quienes prefieran conocer más sobre cómo era la vida antes en este valle y cómo ha evolucionado, el Museo Alpino es una visita obligada.
La oferta de alojamiento es completa y se pueden encontrar hoteles de lujo como Le Rosalp, cuya cocina a cargo de Roland Pierroz está considerada como una de las mejores de Suiza, hoteles acogedores como el Mirabeau, de tres estrellas, e incluso albergues como The Bunker.
En Verbier todo es superlativo desde los kilómetros esquiables hasta sus remontes, de los cuales el Jumbo es su estrella con una capacidad para 150 personas, pasando por sus precios porque pagar tres francos suizos por un café (unos dos euros) y 20 francos (unos 14 euros) por una pizza no es barato que se diga. Pero como dice un esquiador, "aunque sólo sea una vez, merece la pena hacer el esfuerzo y venir a esquiar a Verbier".
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