La estaciones invernales de Pajares (Lena) y San Isidro permanecieron ayer, día de Reyes, cerradas pese a la aparición de la nieve. El temporal de frío y viento que azotó la parte central de la Cordillera impidió a los responsables de las instalaciones abrir sus puertas. El complejo leonés espera poder retomar la actividad a mediados de esta misma semana -muy posiblemente mañana-, mientras que Valgrande confía en estar operativo para afrontar el próximo fin de semana.
Tanto Valgrande-Pajares como San Isidro llevaban varias semanas esperando la llegada de la nieve. El blanco elemento hizo su aparición ayer, pero lo hizo acompañado de una espectacular ventisca. En el complejo lenense de Brañillín el manto de nieve apenas excedió los diez centímetros. El fuerte viento «barrió» gran parte del material acumulado. Los responsables de la estación no ven factible que las pistas se encuentren operativas antes del fin de semana si el temporal no remite.
Sólo un grupo de aficionados al snowboard desafió ayer al temporal. Las extremas condiciones climáticas también siguen afectando a las obras de instalación el nuevo telesilla cuatriplaza. Pese a que la mayor parte de la estructura ya se encuentra colocada, el mal tiempo ha obligado a suspender los trabajos, que acumulan un sensible retraso.
El los alrededores de la estación de San Isidro el temporal fue aún más visceral que en Pajares. La mezcla de nieve y viento dificultó el tráfico y mantuvo a los esquiadores alejados del complejo deportivo. Un portavoz de la instalación apuntó que muy probablemente mañana la estación pueda reabrirse a los usuarios. «Aún no hay suficiente nieve en las pista y el viento es demasiado fuerte, pero esperamos que el tiempo mejores en las próximas horas y los esquiadores comiencen a llegar», señaló.
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