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Última actualización: 28/03/2024 a las 18:45:00 (CET)

Mañana, en La 2, campeonato de Saltos de Esquí.

Mañana, en La 2, campeonato de Saltos de Esquí.
Si eres de los que celebra con algarabía la Nochevieja, es probable que cuando logres salir mañana de la cama conectes el televisor (13.45 h., La 2) y
Si eres de los que celebra con algarabía la Nochevieja, es probable que cuando logres salir mañana de la cama conectes el televisor (13.45 h., La 2) y, como todos los años, contemples de reojo a unos intrépidos hombres que portan unos esquíes y vuelan en el aire como si fueran la reencarnación de Ícaro. Son los saltos de Garmisch- Partenkirchen (Alemania), rezumantes de tradición como el Concierto de Año Nuevo en Viena y la comida de ese día, en la que no faltan sobras de la noche anterior.

Pero, más allá de la anécdota, existe una competición deportiva -51 ediciones ya-especialmente arraigada en el centro de Europa. La Copa del Mundo de saltos concentra casi todo su esplendor entre diciembre y enero. Con nueve pruebas disputadas, el austríaco Martin Hoellwarth es el líder, pero el alemán Sven Hannawald, un artista del salto, se ha permitido el lujo de vencer en las dos últimas, a pesar de convalecer de una operación de rodilla. El domingo lo hizo en Obertsdorf (Alemania) la primera cita del llamado Torneo de los Cuatro Trampolines, algo así como el 'Grand Slam' de los saltos, y que se engloba en la Copa. Además de la de mañana, quedan las de Innsbruck y Bischofshofen (Austria). Su estilo, grácil, le convirtió el año pasado en el único que ha ganado en las cuatro pruebas máximas.

Enclavada en los Alpes Bávaros, la estación de Garmisch es también uno de los balnearios más importantes de Alemania. El pico Zugspitze (2.966 metros) es la cúspide donde los turistas se arraciman en cualquier época del año. Las reservas hoteleras están agotadas ya y los 45.000 entusiastas espectadores que mañana se agolparán en las laderas esperan el acontecimiento en las múltiples pistas de esquí disponibles. Para mostrar la relevancia del asunto, baste comentar que el tenor catalán José Carreras actuará en un receso de la competición. Garmisch ya acogió los Juegos de Invierno de 1936, donde Hitler intentó rebajar el tono de la paranoia nazi que caracterizó los Juegos de Berlín.

No sólo la longitud

La mecánica de la competición, en contra de la creencia general, no valora sólo la longitud del salto. Por ejemplo, el polaco Adam Malysz, otro de los que dará guerra hoy, llegó hasta 129,5 metros, el récord, y no venció.

En Garmisch el más mínimo error puede concluir en una caída o en no superar el 'punto de calculo', marca situada en 115 metros, los mismos que mide el trampolín. Superar esa cota añade un plus a la puntuación total, que se cotejará gracias al estilo del deslizamiento, el despegue y, sobre todo, el aterrizaje. La posición 'Telemark', que identifica este deporte, es la culminación de un esfuerzo tan artístico como vibrante.

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