El snowtubing, las raquetas y los trineos son otras de las actividades
Crans y Montana eran originariamente dos pequeñas aldeas vecinas con vistas a los Alpes berneses y rodeadas de lagos de montaña con el valle del Ródano a sus pies. Aunque de eso hace ya más de 100 años. Crans-Montana es hoy una de las mejores estaciones de esquí de Europa, la perla de la región del Valais, que ha sabido ser fiel a su paisaje privilegiado y mantener ese ambiente apacible de pueblo de montaña aun siendo un centro turístico de fama internacional con capacidad de alojamiento de 40.000 camas.
La estación está situada en pleno corazón de los Alpes, a 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar, y a 180 kilómetros por carretera de Ginebra, el aeropuerto internacional más cercano, aunque las líneas internacionales de ferrocarril garantizan un traslado cómodo y rápido.
Los apasionados del esquí podrán gozar en Crans-Montana de 50 pistas que alcanzan una longitud total de 160 kilómetros en los que están repartidos 30 remontes que permiten un acceso rápido a las pistas. La estación está dividida en tres sectores –Crans-Montana, Violettes y Aminona– que requieren un cierto nivel de práctica. La más extensa es la de Crans-Montana, seguida por la de Violettes y Aminona.
El mejor servicio
Con la nieve garantizada, Crans-Montana abrió sus puertas este lunes después de concentrar sus esfuerzos en la mejora e incremento de sus remontes. Se han instalado, por ejemplo, 20 nuevas cabinas para agilizar la salida desde Crans-Cry D'Er, con lo que el acceso a pistas es rápido y muy cómodo. Cuatro escuelas ofrecen cursos de esquí, snowboard y esquí de fondo con una plantilla de expertos profesionales.
El complejo presenta asimismo interesantes alternativas para aquellos que sufren en pistas rojas o que simplemente quieren compaginar el esquí con otras actividades de ocio. Los paseos con raquetas, las excursiones con trineos y el snowtubing –bajadas con un neumático gigante en una especie de half-pipe– en el sector de Aminona son ofertas interesantes que hacen las delicias de mayores y pequeños.
Y para los que no tengan suficiente con la jornada de esquí diurna, en la zona de Crans-Montana se han iluminado 3,5 kilómetros de pistas –desde Cry d\'Er hasta Signal– donde cada sábado se organizan bajadas nocturnas. Esta es una de las nuevas ofertas introducidas para esta temporada.
Los aficionados al fondo tienen en Crans-Montana un paraíso por descubrir. Por sus montañas transcurren 40 kilómetros de caminos para estilo clásico y 30 kilómetros más para el skating.
De día y de noche
Cuando cierran las pistas, la vida en el pueblo es un atractivo añadido para sus visitantes. Cálidos hoteles y apartamentos comparten espacio con lujosas tiendas donde las más prestigiosas marcas internacionales como Cartier, Louis Vuitton o Chanel han hallado un inmejorable escaparate. Es un toque de distinción que convive con el cálido ambiente nocturno que ofrecen sus más de 80 restaurantes y pubs que siempre compensan una 'dura' jornada de esquí
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