Sin embargo, la variedad de modalidades, tan similares y a la vez tan distintas, han obligado a una adaptación a los centros de invierno. Hoy en día una estación de esquí ya no puede limitarse a una red de remontes mecánicos más o menos extensa y unas hectáreas de terreno nevado.
Si quiere ser competitiva debe incluir zonas específicas para el snowboard, obstáculos y diversión para los 'freestylers', y zonas controladas de fuera pista para los amantes del 'freeride' y la nieve profunda. Otro tipo de aficionados, los amantes del 'telemark', fondistas o aficionados al esquí de montaña también encuentran su lugar en algunas estaciones.
Esquiadores vs. surfistas
Pese a que en ciertos lugares aún se respira una absurda rivalidad entre el esquí y el snowboard, en la práctica es del todo inviable crear 'ghettos' para cada perfil de practicante. Ello no impide que en el mundo de los deportes de nieve exista aún una división de 'tribus' según las preferencias de cada uno.
El mercado de material deportivo ha tomado buena nota de las tendencias de los aficionados más jóvenes y ha creado una gran variedad de esquís de acuerdo con ello. Esquís de carving, de doble espátula, de anchura exagerada para flotar en la nieve profunda y tablas supercortas, entre el esquí y el patín.
Ante este despliege, el esquí alpino tradicional, la modalidad más practicada en nuestro país, ha perdido terreno.
Fuente: