Los «argayos» que se producen en este tramo, inaugurado la pasada primavera, han convertido la vía en una carrera de obstáculos para los conductores que quieren acceder a San Isidro por la vertiente asturiana, que se contarán por centenares a partir de este fin de semana, cuando está previsto que se inaugure la temporada de esquí en San Isidro.
La lluvia caída en la zona en los últimos días ha intensificado de manera preocupante los desprendimientos habituales en la carretera, si bien se ha cebado con más ímpetu en el tramo conocido como Los Areneros, donde se localizaban esta semana desprendimientos de piedras de hasta una tonelada de peso que, sin embargo, no han causado accidentes, aunque sí temor entre los conductores a circular por esta vía.
La carretera del puerto duplica su número de usuarios durante la campaña invernal. La frecuencia de los «argayos» en la subida a San Isidro se ha traducido en una petición vecinal de «más seguridad en la zona». «Sería necesaria la construcción de unas barreras protectoras que no permitieran a las rocas caer en la calzada», aseguraron los representantes vecinales del alto Aller.
El tramo del Corredor entre Cabañaquinta y San Isidro se inauguró la pasada primavera. Los 26 kilómetros de longitud de la obra costaron más de 13 millones de euros.
Fuente: