Una nueva colada de lava, que se formó la pasada noche en la ladera sur del volcán Etna, en Sicilia, amenaza las estaciones de esquí, pero no representa "un peligro relevante", según anunció el jefe del Departamento de Protección Civil, Guido Bertolaso.
"La lava avanza con mucha lentitud y por el momento no suscita miedos relevantes. Es evidente que hay que tener bajo control la evolución del fenómeno para evitar que nos coja por sorpresa", añadió.
La lava recorrió más de 300 metros durante la noche, llegando a una distancia de 50 metros de la estación turística del Refugio Sapienza, situado a 2.100 metros de altura.
Por su parte, los gerentes del funicular del volcán abandonaron hoy sus oficinas por precaución, llevándose ordenadores y muebles, después de que la lava destruyera los pilares de la instalación.