Nos despedimos de la Ispo después de varios días intensos. En este viaje Paz no me acompaña, Rafa es el afortunado que durante un par de semanas dormirá comingo en la Kustoneta a pie de pistas un día sí y otro también. Nuestro primer destino era Garmisch-Panterkirchen. Allí habíamos quedado con Christian Raab, al que conocimos en nuestro viaje de la pasada temporada. Christian es profesor de esquí en la escuela Thomas Sprenzel, además de embajador de Kustom Skis en la zona. Nos recibió en el Peaches con unas cervezas preparadas, lo que se convirtiría en la tónica de nuestra visita. No hay que olvidar que estamos en Baviera, aquí parece que el agua les sienta mal...
Saliendo de la Ispo, nos despedimos de nuestros nuevos amigos de Strafe. Este es el siguiente nivel a la Kustoneta!
Al día siguiente, por fin a esquiar, el ambiente estaba más animado que el pasado año, veíamos mucho movimiento y algunas pistas cerradas... La Kandahar!!! No sabíamos que justo ese día se celebraba esta prueba de la Copa del Mundo. Así que entre bajada y bajada teníamos a los mejores corredores bajando el Descenso. Tras ver un par de corredores, comenzamos nuestra ruta, yendo primero al mirador que se encuentra Osterfelderkopf, en la cota máxima (sin contar la zona glaciar de Zugspitze). Ahí aprovechamos para esquiar y grabar un poco, y después a recorrer la estación. A partir de las 11 empezaron las paradas para refrescarnos, nos unimos con otros profes de la escuela y ¡a esquiar!
Descenso, pista Kandahar en directo.
Desde el mirador pasarela en Osterfelderkopf. Las vistas hacia abajo impresionan.
Rafa y Christian estudiando la zona.
El imponente Alpspitze (2628m)
¡Un buen y merecido final!
Terminamos pronto, unas cervecitas en la escuela con el resto de compañeros y rumbo a Austria. Aunque queríamos llegar a Gargellen para esquiar con un viejo amigo, entre las cervezas y el cansancio acumulado nos quedarnos en un camping cercano a Innsbruck, en Natterer See. Para nuestra desesperación, esa semana la cota de nieve estaba bastante alta. Al levantarnos estaba todo ligeramente nevado, pero a primera hora ya comenzó a llover. Buscamos una estación alta, donde al menos nevara, y la encontramos: Kühtai. Esta estación tiene muy buena pinta, aunque aquí os dejo unas imágenes de lo que pudimos ver nosotros... Todo el día estuvo nevando y con luz plana, así que esquiamos cómo pudimos y por dónde pudimos. Al terminar de esquiar seguía nevando y nosotros estábamos empapados y cansados. Tras bajar el puerto muuuy despacito apostamos por St. Ankton, donde nos esperaba el spa! La sensación de estar en la piscina al aire libre alucinante, qué esté lloviendo en vez de nevar no tanto. Y así se pasó toda la noche, diluviando y con la cota de nieve por encima de los 2000m.
Supervivencia en Kühtai
Por la mañana no había mejorado, así que retomamos nuestro plan de ir a Gargellen. Habíamos oído hablar de la estación por Jero y Enol, a los que conocimos Paz y yo en Ushuaia. Llegamos y el panorama era espectacular, a esta altura había nevado algo, y aunque la nieve fuera de pista estaba húmeda, en pista la nieve estaba perfecta. Aprovechamos para recorrer la estación, disfrutar con las vistas y practicar un poco de técnica. Algunos ejercicios de base para "ponerle las pilas" a Rafa, empezando por el principio: la cuña. Pienso que para comprender el esquí, la cuña es uno de los ejercicios más eficaces. Te permite concentrarte en sentir los apoyos, y al ir a poca velocidad es más sencillo asimilar las sensaciones. Mientras tanto, ya que estábamos en el llano, preguntamos a algunos profes si Enol o Jero seguían por allí. A las 3 terminaban todos los profes en la parada inferior del telecabina, junto al bar típico de apreski austriaco. Me reencontré con Enol, y con la emoción nos animamos a tomar alguna cerveza (de más). La tarde fue muy divertida, risas, cervezas y el buen rollo que te entra cuando alguien que hace años que no ves te trata como si estuvieras en casa. Como no podía ser de otra forma, se nos hizo un poco tarde y al día siguiente subimos más tarde de lo normal a pistas. Sólo nos dio tiempo a que Anika y Steve probaran alguno de nuestros esquís. Después de esquiar carretera hasta Bregenz, donde teníamos pendiente una visita a Andy.
Vistas desde el restaurante a la salida de la cabina.
Subiendo hacia el llano, el mejor sitio para prácticar la técnica.
Con Enol intimando y disfrutando del apreski austríaco.
Vista panorámica de la zona de freeride, un paraíso para los amantes de la travesía y el powder.
Steve (KFR97) y Anika (Performance73). Mil gracias a los dos por probar nuestros esquís!
Andy nos recibió en su taller (una de sus aficiones es hacer splitboards) con unas Radlers. No hay nada como hablar con un local para elegir la siguiente estación. Nuestros criterios eran: pequeña, bonita y con algo de polvo. Su recomendación, una estación de la que nunca habíamos oído hablar: Bödele. Esta estación se encuentra a una hora de Bregenz, y destaca por sus vistas sobre el lago Constanza. Al ser una estación familiar, y entre semana, apenas había gente. Las pistas son sencillas, pero en los "entrepistas" pudimos catar por fin nieve polvo. Fue mi primera sensación en telemark por fuera de pista, quedé extasiado aunque comí bastante nieve. También nos sorprendió encontrar un club de salto, con un pequeño trampolín para que entrenaran. Terminamos nuestra jornada felices, y volvimos a casa de Andy a por una ducha y devolverle las Radlers que nos habíamos bebido el día anterior.
Rumbo al powder Bödelense!
Panóramica con el lago Constanza al fondo, increíble esquiar en un lugar así.
Rafa preparado para estrenarse en pow-pow.
Exultante después de mi primera bajada en telemark por nieve polvo.
Los cachorros entrenando salto, vaya técnica!
A partir de aquí seguimos viajando, pero eso os dejaré que lo cuente Rafa, que seguro que tiene otra visión en el que ha sido su primer viaje de esquí por alpes! Yo me despido con un par de videos.
No todo es postureo... Comer nieve mola!
Christian Raab demostrando cómo sacarle partido al Kustom Slalonier FIS SL.