Nota: Mi intención era publicar este artículo tal cual lo escribí en Febrero, pero tras releerlo quiero puntualizarlo. Si bien mi experiencia en los Dolomitas no fue satisfactoria, creo que la zona merece la pena, ojalá podamos volver pronto y cambiar esta primera impresión tan negativa.

Val Gardena fue decepcionante. Tras mucho leer sobre este mítico destino, llegamos un jueves por la noche, y aparcamos donde encontramos. Al despertarnos, la primera en la frente: ni un solo párking público, y la notita en el parabrisas. Para más inri, el cielo estaba encapotada y la montaña falta de nieve. No llegamos a esquiar, y la zona nos dió la impresión de un resort todo incluido, a tope de gente y con un modelo de negocio que, si bien es cierto que debe funcionar muy bien, no nos gustó. Cada sábado llegan miles de esquiadores con todo organizado y salen a finales de semana. En los viajes se suele incluir el alquiler de esquís, incluso los profesores. Nosotros siempre hemos buscado un poco más de encanto...

Así que tras las citas que teníamos previamente concertadas, salimos decididos a pasar un día por Cortina d'Ampezzo y huir hacia Suiza de nuevo. A medida que pasábamos puertos serpenteantes, fue cambiando el estado de ánimo, y pudimos apreciar la extensión de este gran dominio esquiable. En Cortina el ambiente es totalmente distinto, con mucho más gente local o con segunda residencia. Allí conocimos a Claudia, que nos presentó los hoteles de su colección Luxury Lakes and Mountains. Nos gustó la villa, pero un día más el tiempo* no nos invitó a esquiar, por lo que la decisión fue dejar Italia para más adelante.
*el tiempo que tardamos en hacer varias visitas, estaba prácticamente despejado.


La experiencia Dahu
Estábamos de nuevo en Verbier, con unas condiciones que nunca habíamos tenido. El día era claro, sin ninguna nube a la vista, y las temperaturas templadas en cotas bajas, casi sin viento. Además llevaba unos días sin nevar, la pista estaba espectacular, esa que te permite todos los errores. Y los itinerarios una locura, con bañeras enormes. Menos mal que este verano nos aplicamos con Xao a aprender un poco...
Subimos a pistas a media mañana, directamente hacia el iglú de Dahu. Os pongo en situación: han organizado un test de botas de 12 días seguidos por toda Suiza y parte de Austria. Para poder estar cada día en una estación diferente, viajan 16 personas en un autobús de 2 plantas, en el que tienen un pequeño "hostel".


Ya hemos hablado de lo que hace DAHU, así que entro en materia directamente. Yo probé el modelo "Joe&Jane", de flex "medium" (100). Lo primero es ponerse el botín. El cierre con cable no me termina de convencer. Una vez puesto y apretado lo cierto es que sujeta bien, incluso lo puedes apretar bastante si quieres. La sensación es parecida a llevar una bota de snowboard. Y digo parecida porque realmente es más lígera y estrecha. En general bastante cómodo, y de sobra para caminar o conducir.

Ahora viene ponerse la carcasa. El sistema es aparatoso, hay que cogerle el truco. La bota entró sin problemas las 3 o 4 veces que lo probé. No hay que limpiarse la nieve, la carcasa viene preparada con agujeros para que se expulse. El spoiler cierra sin problemas y se queda anclado. Los ganchos dan más guerra, hay que meterlos bien. A pesar de ser sólo dos, consiguen que el exoesqueleto se ajuste bien.
A la hora de esquiar sorprende. Las primeras bajadas es difícil hacerse a ella, es más blanda de lo esperado. Incluso notas el talón un pelín más alto, por la suela del botín. Las primeras sensaciones son cómo tener un pequeño muelle, la bota "vuelve" al flexionarla. Tras unas cuantas bajadas, comienzas a adaptarte, aprietas en la planta del pie y sientes que funciona. Quizás donde peor se desenvuelve es en baches y en fuera de pistas irregulares. Me hubiera gustado probar el modelo más duro (120), pues hasta ahora mi bota era la Fischer Vacuum RC4 (Flex 130).



En resumen diría que es una bota muy cómoda, ideal para los que no quieren pasan dolor en los pies y buscan un rendimiento adecuado en pistas. Quitarte el exoesqueleto e irte directamente a tomar una cerveza... es una sensación difícil de explicar! Os dejamos algunas fotos más de Verbier, esperamos que os gusten.



