Alex llegó con 16 años a Sierra Nevada donde pronto se ganó el mote de “joven pino” porque era joven y alto como un pino. Los más veteranos de la escuela oficial lo apadrinaron porque derrochaba juventud y ganas de comerse el mundo.

Tato y Álex se conocieron en el curso de colaborador, donde eran los más jovenes (15 y 16 años) y los más competitivos, aún cuentan como se picaban para impresionar al profesor que era Gorka Miñón.
Después de exprimir La Sierra durante seis temporadas. Álex se marchó a Baqueira buscando nuevas aventuras, nieve y oportunidades como profesor de esquí.


Entre Baqueira y Argentina siguó sumando años de experiencia y kilómetros en los esquís. Resultó ser un aventurero de culo inquieto, su sed de conocer nuevas estaciones y culturas le llevó al continente asiático donde pasó cuatro meses entre paredones de nieve sin ver el sol. Poca gente habia oido hablar de Niseko, Hokkaido, ahora tan de moda.


A la vuelta pasó por La Sierra donde nos reencontramos y pusimos al día. Alex planeaba su proxima temporada en Verbier y se ilusionó con la idea de llevar Kustom a Suiza.

Para un profesor con el título español no es fácil trabajar en Suiza, pero Álex estaba decidido y durante dos años de pruebas y equivalencias ha conseguido obtener la maxima titulación Suiza. Ahora compatibiliza las clases particulares con la formación de nuevos profesores.

La temporada pasada empezamos a trabajar con el Hotel WVerbier con el que establecimos una semana de test para que sus clientes puedan probar los Kustom. Hemos producido para ellos una serie limitada de 10 esquís diseñados por el artista Buff Diss, el mismo que ha decorado las zonas comunes del hotel utilizando la técnica del Tape Art, "el arte de las cintas adhesivas" Una manifestación de arte ubano que sustituye el spray por la cinta adhesiva.



El cielo estaba cubierto y lo visibilidad no era muy buena de modo que Alex nos propuso empezar por el sector de Bruson, un pequeño área con mucho bosque en la que incluso los días más cubiertos, se puede disfrutar esquiando entre árboles. Tras un par de bajadas descendimos desde Bruson hasta Le Châble, 1.100 m Nos encontramos con el camino muy bacheado y complicado pero con un paisaje precioso. El recorrido finalizaba cruzando un campo de fútbol nevado y un puente sobre la carretera.


Desde Le Châble, aún con ganas de descubrir el resto de la estación nos animamos a coger la cabina a Verbier, deseando que se abriera un poco. Se unió al grupo Fede, guía de alta montaña ya habitual de Verbier, siempre dispuesto a compartir unas bajadas con los amigos.

En Verbier la visibilidad tampoco era buena así que decidimos hacer un poco de pista y algun fuerilla de pista bastante trillado. Estuvimos machacando a Álex toda la semana para que nos pudiera enseñar sus zonas preferidas de la estación y disfrutamos mucho el día pero, el mejor momento llegó cuando el cielo empezó a clarear y se abrió una ventana unos 25 minutos. Álex salió disparado hacia la cabina de Attelas. Subiendo pudimos ver el couloire que llaman el Rock and Roll y Fingers.
La entrada del couloire nos puso a todos alerta pero una vez dentro disfrutamos de "La bajada del día", abriendo huella, con sol haciendo brillar los copos que seguían cayendo y la adrenalina a flor de piel...Lo siento pero siguiendo la filosofía "No friends on powder days" me apliqué la de "No pictures on extreme days" Como en cada buena experiencia, nos quedamos con ganas de más! Y continuamos nuestra ruta camino a Austria con Pablo y Sam.



