Aunque para muchos la temporada toca a su fin, para algunos de nosotros
ahora llega lo mejor: días largos, solecito y excelente nieve primavera con la que disfrutar de los
increíbles parajes que nos ofrece
Sierra Nevada más allá de lo que es la estación de esquí.
El pasado sábado por fin mi hermano Nacho y yo tuvimos tiempo para "meterle mano" a una excursión que ya llevábamos tiempo queriendo realizar:
Loma Púa y Río Veleta.
Este es el croquis de la excursión, superpuesto sobre una imagen de Google Earth:
Para
aproximarnos a la Carihuela cogimos el Telesilla La Laguna, ya que tuvimos clases esa mañana y no teníamos demasiado tiempo, pero la excursión se puede iniciar perfectamente con los esquís de travesía desde la Hoya de la Mora, lo que supone unas dos horas más de foqueo.
Desde la Carihuela, diagonal hasta situarnos justo detrás del
Puntal de Loma Púa, desde donde comienza el
descenso por una larga y ancha pala con una nieve tremenda.
Para salir de esta pala, hicimos una diagonal sin necesidad de remar lo mas mínimo hasta volver a colocarnos sobre la
arista de Loma Púa, encarando ahora la vertiente Este de la misma.
Las vistas desde esta Loma son impresionantes, todo es mucho
más escarpado y más salvaje, especialmente el "domesticado Veleta", que desde aquí nos muestra su otra cara.
Este río tiene su nacimiento en un lugar precioso, a los mismos pies del Veleta, en el desague de la
Laguna de Aguas Verdes.
Ahora tocaba lo más divertido,
una bajada larga, con pendiente fuerte y rocas a ambos lados, hasta el Río Veleta, que lógicamente no se ve porque esta totalmente cubierto por la nieve. Si se sigue su cauce, se puede esquiar hasta cotas muy bajas, y es unos de los caminos para bajar hasta
Capileira con esquís.
Terminada esta bajada, tocaba la parte dura, subir foqueando bordeando todo el circo, pasando por debajo de Los Machos y del Veleta hasta llegar de nuevo a la Carihuela.
Aunque subiendo se sufre por el esfuerzo,
también se disfruta. Da tiempo a contemplar la belleza de la montaña, el silencio, la soledad, a meditar y a encontrarse a si mismo.
Hubo un tramo de
fuerte pendiente que tuvimos que realizar
cargando con los esquis, ya que la nieve no tenia consistencia alguna y cada vez que intentábamos dar un paso, en vez de avanzar nos deslizábamos hacia abajo.
En esta foto se puede apreciar el
itinerario final de bajada. Del resto de la subida no hay más fotos porque al poco rato de comenzar la ascensión entró una
niebla muy espesa que a ratos ni siquiera nos permitía ver unos metros delante nuestra.
Tardamos en subir algo más de lo previsto, pero a cambio nos encontramos
ya pisado y solo para nosotros el Zayas, que estaba increíble. Habrá que repetir... y pronto!